En el día de hoy hemos tenido conocimiento de la detención de 8 personas que habían ido en meses anteriores a la región ucraniana del Donbas como voluntarios internacionalistas.
Dicha detención, ordenada por la Audiencia Nacional, constituye una prueba más del carácter de clase y político de esta institución, así como la cada vez menor división de poderes en el estado español.
Es irónico que, mientras centenares de mercenarios españoles combaten en guerras en República Centroafricana, Mali, Libia, Siria, Afganistán o Iraq, alistados en compañías privadas, mientras el Ministerio de Interior o la Generalitat Catalana mandan a mandos de la Policía y de los Mossos de Esquadra a entrenar en Israel en cursos de represión impartidos por criminales de guerra, mientras España vende armas a Marruecos, México, Colombia, Arabia Saudí y otros países donde se violan los derechos humanos y se persigue a militantes , mientras se tienen relaciones político-comerciales al máximo nivel con países que patrocinan el terrorismo como Arabia Saudí o Turquía en el marco de la OTAN, mientras la justicia española niega la extradición a torturadores como Billy el niño o reconoce como válidos juicios farsa como el del reino de Marruecos contra jóvenes saharauis, se acusa de «atentado contra los intereses exteriores del reino» a jóvenes que van a luchar, movidos por ideales y no por dinero, contra la violencia del fascismo y el imperialismo.
Hay que destacar además que no ha habido investigación por parte de la fiscalía, ni la misma persecución y/o tratamiento mediático, con las decenas de neonazis españoles y europeos que, desde el triunfo del golpe de estado del “euromaidan”, han viajado hasta Ucrania a enrolarse en las fuerzas paramilitares neonazis que hoy ocupan altos puestos en la administración ucraniana y participan con varios batallones en el conflicto, siendo responsables de innumerables actos criminales y de lesa humanidad.
Con la acusación de “atentar contra los intereses del reino”, el gobierno español, ya de por si sumiso a los dictados de EEUU y la UE, demuestra una vez más su sometimiento a la doctrina de la demonización de Rusia, factor ideológico preponderante en el marco de la continua agudización de contradicciones entre estos polos imperialistas.
Entendemos estas detenciones como un nuevo paso adelante en el continuo incremento de la represión y criminalización contra organizaciones sociales y militantes, sean manifestantes, huelguistas, etc, por parte de un gobierno desgastado que necesita desgastar mediáticamente a las organizaciones populares y militantes. Analizamos que este incremento represivo será cada vez mayor, gracias a instrumentos jurídicos como la reciente ley mordaza y la cercanía de varios procesos electorales.
Consideramos nuevamente, basados en la experiencia de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil, que la solidaridad es un derecho y un deber insoslayable cuando la amenaza del fascismo y la guerra están a nuestras puertas. El continuo empoderamiento de organizaciones fascistas en Ucrania, así como el ascenso de fuerzas fascistas por toda Europa, en un momento de grave crisis capitalista, dibuja un escenario en el que el compromiso con la derrota del fascismo y el sistema que lo crea, el capitalismo, es cada vez más necesario que nunca.
¡La solidaridad no es un delito! ¡Libertad a los detenidos!
El imperialismo y el fascismo son los verdaderos criminales!