En el marco del día internacional contra la LGTBfobia, las jóvenes comunistas llamamos a las convocatorias que se realizan en diferentes ciudades españolas, y a la organización, pues ésta es la que nos da la fuerza a lesbianas, gays, bisexuales y personas trans para seguir avanzando en el empoderamiento colectivo que nos da el visibilizarnos y reivindicarnos diversas y fuera de la heteronormatividad que se nos impone, desde la socialización y la educación, desde que nacemos y en todos los ámbitos de nuestra vida.
La sociedad española ha visto en el último año un aumento de las violencias hacia las personas LGTB debido al auge de los discursos de odio de la extrema derecha normalizados y difundidos en los medios de comunicación. Las personas LGTB nos alejamos de la heteronormatividad en nuestra etapa de juventud, y ni nuestros barrios, centros de estudio y de trabajo son espacios seguros para nosotras. Sólo unidas y respondiendo en clave de lucha combativa ante las violencias que se ejerce hacia nosotras por ser trans o tener relaciones sexo-afectivas con personas de nuestro mismo género.
Además, las jóvenes trabajadoras LGTB nos oponemos frontalmente al blanqueamiento que desde el capitalismo se hace con nuestra lucha, para contrarrestar los ataques de los polos imperialistas, ejemplo reciente es el de ésta última edición de eurovisión realizada en Israel, país que ejerce una ocupación y un estado de violencia armada y sistémica hacia el pueblo palestino. El pinkwhasing o capitalismo rosa cada vez es más común, pues podemos ver como partidos del Régimen del 78 ondean nuestras banderas en sus actos o como el propio sistema crea nichos de mercado LGTB, pero eso sí, siempre para personas blancas y heterosexuales, en su mayoría hombres, y todas de posición económica elevada.
La lucha LGTB nunca debe dejar de ser la revuelta con la que comenzó en Stonewall, liderada por personas a los márgenes de la sociedad, consideradas improductivas para la sociedad, disidentes de la heteronorma, que resquebrajan los cimientos del sistema económico cuestionando los roles productivos asignados a las personas de la clase trabajadora, los cuales que las funciones sociales más remuneradas las ocupasen hombres heterosexuales.
Estas violencias no son casualidad, son fruto del sistema capitalista y patriarcal, basado en la división sexual y jerarquizada del trabajo y en el binarismo sexo-género, es un sistema que combate, difama y amenaza a aquellas personas que precisamente no se ajustan a su modelo de heteronormatividad. Cuanto más alejadas nos encontremos de su modelo ideal de hombre, blanco, burgués y adulto, más criminalizadas, expulsadas e incluso patologizadas nos encontramos.
Queremos ser libres, no valientes, por ello desde la Juventud Comunista exigimos:
- El desarrollo de un plan integral contra la violencia machista, dirigido a combatir los efectos del patriarcado.
- Persecución de las LGTB-fobias y aseguramiento de la igualdad y concienciación sobre la diversidad afectivo-sexual. Asegurándolo, desde nuestro primer espacio de socialización, las escuelas.
- Garantía de los derechos del colectivo trans: completa despatologización de la transexualidad con especial atención al colectivo de las menores, las migrantes y las mujeres.
- Debemos conquistar espacios seguros para el colectivo donde podamos expresar nuestra identidad de forma plena sin miedo a las consecuencias, no solo en los espacios de ocio, sino también en los curros, en los centros de estudio y en los barrios.
- Avanzar hacia una organización de la lucha LGTB fuera de las lógicas del patriarcado y el capitalismo y que rompa con el modelo machista y clasista que impera actualmente.
En definitiva, sólo desde la práctica feminista de clase seremos capaces de construir una sociedad comunista donde ninguna de nosotras quede excluida y caminemos hacia la abolición del género y la destrucción de institución de la familia nuclear, donde todas seamos iguales.
¡Nos quieren en casa y solas, nos tienen organizadas y en las calles!