Hoy 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, desde la Juventud Comunista queremos recordar a los y las trabajadoras heridas o fallecidas en sus centros de trabajo. Exigimos responsabilidades a las empresas y empresarios cómplices de aumentar sus beneficios a costa de nuestras vidas.
La siniestralidad laboral ha venido incrementándose durante el transcurso de la crisis dejándonos este último año un dato escalofriante: las muertes en horario de trabajo han crecido un 5,5% respecto al año anterior, 50 de esas vidas menores de 30 años.
Y es que para el capital sólo somos un número que recortar cuando sus beneficios se resienten. Precarizar nuestras condiciones laborales, limitar nuestra representación sindical u olvidar la prevención de riesgos laborales no invirtiendo en Equipos de Protección Individual. Todo vale mientras los beneficios sigan creciendo.
La precariedad laboral nos obliga a encadenar contratos y a compaginar trabajos sin apenas descanso. Pasamos más horas en un coche corriendo de un trabajo a otro para apenas pagar el alquiler y también lo pagamos con nuestra vida. 14 trabajadoras más que el año pasado murieron en accidentes de trabajo por culpa de esta situación.
Por ello, la Juventud Comunista estaremos el próximo 1º de mayo en las calles exigiendo la derogación de las reformas laborales de 2011 y 2012, la inspección efectiva sobre la prevención e inversión en EPI y la depuración de responsabilidades de aquellos que por sus beneficios nos han condenado a la muerte.
Lucharemos en cada centro de trabajo y en cada movilización contra la precariedad y contra la desprotección de los y las trabajadoras, porque la vida digna no cabe en este régimen.
¡Basta de siniestralidad laboral!