Este 6 de diciembre se cumplen 40 años de la aprobación de la Constitución. Una Constitución que se aprobó en un contexto de temor ante un posible retorno a la dictadura. Donde pese al relato idílico de la Transición que se nos ha vendido se produjeron decenas de muertes y torturas en las comisarías: las de la clase trabajadora organizada en las calles que apostaba por la superación de la dictadura. Muchas de ellas con un alto grado de impunidad.
La ruptura con el régimen franquista no se llegó a producir y eso ha permitido que las mismas familias de la clase dominante siga dirigiendo el país y la economía. Pero no nos hemos resignado. En 40 años hemos peleado contra las ETTs, contra los recortes en derechos laborales y sociales, contra las violencias machistas, contra los procesos de elitización de la educación, contra las estafas hipotecarias, contra la entrada en la OTAN, en la UE y en el euro, contra las guerras imperialistas y contra todas las formas de explotación que han ido tejiendo desde entonces para convertirnos en una juventud dócil y acostumbrada a ser pisoteada.
40 años después la juventud trabajadora queremos ser dueña de nuestro futuro. Queremos tener un curro digno sin tener que emigrar, queremos poder irnos de casa, queremos ir tranquilas por la calle, queremos acceder a la Educación y queremos divertirnos sin que nadie haga caja a costa de nuestra salud.
Por eso este 6D, la Juventud Comunista volvemos a apostar por la ruptura con el actual marco político y económico. Apostamos por una República que ponga los intereses de las trabajadoras por encima de los de las grandes empresas y los banqueros. Que nos garantice trabajo digno, vivienda y educación. Una República feminista que apueste decididamente por enfrentarse a la brecha salarial, a las violencias machistas y a todo tipo de doble explotación. Una República plurinacional que ponga en valor la diversidad nacional y cultural que existe en nuestro país. Una República antiimperialista que renuncie a la guerra como instrumento de política internacional. En definitiva, una República en la que soberanía resida en el pueblo trabajador y no en una minoría ajena a nuestros intereses.
Acabemos con todos los restos del franquismo.
¡La vida digna no cabe en este Régimen!
¡La juventud a por la República!