Otro año más una multitud de trabajadoras vuelven a salir a la calle por el día de la mujer obrera tras el último ciclo de movilizaciones feministas. Durante este ciclo hemos trabajado con el fin de dotar al conjunto de la clase de avances políticos que nos permitan avanzar hacia la emancipación de la mujer obrera. También observamos en este ciclo cómo muchas de nuestras proclamas y reivindicaciones se han circunscrito a la mera gestión en la reforma bajo el marco capitalista. Este tipo de reivindicaciones en relación con el aumento asistencial o con la ampliación de las garantías legales de las mujeres se vuelven antagónicas para las mujeres trabajadoras si no están orientadas a la construcción de un contrapoder de clase dirigido hacia la destrucción de las relaciones sociales capitalistas.
La división social del trabajo propia del sistema capitalista ha relegado a la mujer a ser la trabajadora doméstica no asalariada por excelencia, a la vez que engrosa las filas de las asalariadas más precarizadas. Lejos de ser una cuestión corregible mediante la renovación de las leyes estatales, debemos ser conscientes de que la superación de todas las formas de opresión que adopta hoy el capitalismo, incluida la cuestión de la mujer obrera, sólo será posible a través de la orientación revolucionaria para la construcción de un horizonte comunista.
Las jóvenes comunistas hemos formado parte en este histórico ciclo de movilización feminista. Desde esta experiencia autocrítica, asumimos que debemos pasar a la ofensiva, trabajando codo con codo con las nuestras, con nuestra clase, contra el Estado burgués. Avanzar en la lucha mediante la organización política contra la totalidad capitalista y no reducir la misma a una serie de movilizaciones en fechas concretas ni agotarla en reformas concretas. En definitiva, orientar la lucha concreta de las mujeres obreras en la organización de la clase, en la construcción de un contrapoder de clase revolucionario.
¡Con las nuestras!
¡Con nuestra Clase!
¡Únete a la Juventud Comunista!