Hoy 9J, la clase obrera vivimos una nueva cita electoral en la que supuestamente la clase trabajadora en España “nos lo jugamos todo” si atendemos al discurso de la socialdemocracia en todas sus formas. “Nos lo jugamos todo” para parar al fascismo y a la extrema derecha en Europa, pero también para forzar a Israel a frenar la escalada contra Palestina. Nos encontramos con un 9J cuya supuesta necesidad para la clase obrera proviene de la socialdemocracia como forma política de los intereses de clase de la aristocracia obrera y la pequeña burguesía bajo la hegemonía de la burguesía; por tanto, antagónica con los intereses de nuestra clase.
Partiendo del balance del anterior ciclo movilizador, no podemos vernos atrapados en los falsos dilemas de quienes juegan con nuestros intereses como clase. Hace ya diez años, los fenómenos socialdemócratas como Syriza y Podemos-IU encauzaron por la vía reformista-institucional la movilización espontánea de distintos sectores populares bajo estrategias interclasistas. El resultado lo conocemos todas: la demostración de que los intereses de los partidos políticos de la izquierda parlamentaria no defendían los intereses de la clase, sino la institucionalización de los avances de la clase y el bloqueo a los avances de la misma.. Lejos de tratarse de una limitación casual, las comunistas, que partimos del marxismo-leninismo como herramienta para el análisis de cada coyuntura histórica, entendemos que el Estado burgués es una forma de dominación de la burguesía sobre la clase. Un Estado burgués que, como evidencia la propia convocatoria de elecciones europeas y como ha demostrado en su lado más crudo la guerra imperialista, se alinea con otros Estados para constituir un polo imperialista que permita mantener su acumulación.
Como país imperialista alineado con el polo UE-EEUU, nuestro Estado ha formado un Estado de Bienestar (como propuesta de máximos de la socialdemocracia) bajo el mecanismo objetivo de la extracción de plusvalor en terceros países. Así pues, las alusiones abstractas de la socialdemocracia a la defensa de la democracia, de lo público y de las subvenciones europeas en España se concretan históricamente en la redistribución del plusvalor sustraído mediante la explotación, el expolio y, como es evidente hoy, también la guerra imperialista.
La Unión Europea es el brazo político imperialista en que se organiza la burguesía en Europa, a través de distintas formas y partidos en representación de sus distintas capas y de otras fracciones de clase que hegemonizan como la aristocracia obrera. La OTAN funciona como brazo militar que ejecuta por el control de las armas los intereses de la clase dominante de la UE, EEUU y otros países situados en el mismo bloque imperialista. Por tanto, ambas estructuras son una parte de lo mismo, una pata fundamental que sostiene el Estado burgués en nuestro país. Es por ello por lo que tratar de influir en las acciones políticas y militares de la burguesía mediante el intento de intromisión en sus estructuras o márgenes de decisión nos aleja a la clase obrera de las tareas políticas inmediatas que debemos asumir para la superación del capitalismo en su fase imperialista.
La UE no es una estructura mejor o peor por participar de un rearme alineado con otras potencias imperialistas y sus intereses políticos, así como tampoco es mejor o peor por ponerse de lado (como si además pudiese) ante la masacre imperialista en Palestina. La alianza política y militar de la UE con otras potencias en la OTAN obedece a los intereses políticos de la burguesía y ejecuta los mismos, es como decíamos antes antagónica a los intereses de la clase. El papel de las comunistas no es entrar en ningún parlamento europeo para luchar por un capitalismo más amable o menos imperialista (tal cosa solo puede existir en el imaginario del pacifismo de la pequeña burguesía). Tampoco para vender nuestra fuerza de trabajo al mejor precio por muchas subidas del SMI que defienden los partidos socialdemócratas ocultando el empobrecimiento que vivimos y la explotación diaria de la clase burguesa sobre la clase obrera.
Nuestra clase tiene tareas políticas inmediatas para superar la política socialdemócrata y avanzar posiciones. La necesidad de rearticular espacios de poder obrero dirigidos política e ideológicamente desde la clase contra el Estado Burgués, con el objetivo de dar pasos hacia la apertura de un proceso revolucionario. Pasos de un movimiento espontáneo a la organización consciente como clase, que no puede darse dentro de los márgenes del Estado Burgués.
Frente al imperialismo, frente a su miseria, frente a sus intereses.
Por la reorganización del proletariado como clase dueña de su destino, como clase para sí misma.
Las comunistas lo tenemos claro, contra la UE, la OTAN y el Estado burgués.
Comité Central de la Juventud Comunista (UJCE) — 9 de junio de 2024.