El incendio en Doñana es el penúltimo capítulo de la crónica de una muerte anunciada.
Independientemente de los complicados vericuetos legales derivados de la aprobación de la Ley de Montes y la recalificación de suelo y de su aplicación en Doñana al ser Parque Natural, es cierto que los terrenos circundantes no entran en esa definición y y la especulación y recalificación de esos suelos depende de la Comunidad Autónoma , con lo que veremos en que queda todo esto, aparte del increíble daño natural y social que conlleva el ataque a uno de los pulmones de Andalucía.
En Diciembre de 2009 Felipe González entra en el Consejo de Participación de Doñana, órgano rector del Parque que en ese mismo año asumía las competencias del organismo público Espacio Natural de Doñana.
Compaginado este cargo con el de Consejero de la empresa Gas Natural Fenosa, desde ese año hemos asistido a un desfile interminable de noticias e intenciones de Gas Natural para hacer prospecciones y explotaciones de la bolsa de gas situada bajo el parque, con diferentes resultados pero siempre con la amenaza latente.
Desde la Juventud Comunista en Andalucía y el Partido Comunista de Andalucía denunciamos el intento de injerencia continuo de empresas privadas en un Parque Natural patrimonio de todas las andaluzas , lo que demuestra que el interés privado de las empresas es insostenible con el medio ambiente y la conservación del planeta.
Además, y para hacerlo más sangrante, los trabajadores y trabajadoras del INFOCA, que se juegan la vida para controlar el fuego, llevan años sometidos a recortes de personal, sueldo y competencias, con un ataque continuado desde la Junta de Andalucía a los planes de prevención y control de incendios.
Desde el 2011, pasando por el plan INFOCA 2015 hasta hoy, los continuos recortes en puestos de vigilancia, vehículos, disminución de especialistas de extinción o contratación de helicópteros con menos capacidad de transporte de agua y personas con el pretexto de ser «más económicos» han conducido a las trabajadoras a una situación de trabajo insostenible y a nuestra nación a ser más vulnerable al fuego y a los desastres naturales.
La conjución de intereses privados y de recortes en la prevención y planes de extinción han condenado a Doñana , al igual que seguirán condenado a nuestra tierra, independientemente del destino del suelo quemado, el cual veremos en los próximos años.
Desde aquí queremos mostrar nuestra repulsa por estos ataques y nuestro total apoyo, solidaridad y agradecimiento a las trabajadoras y trabajadores del INFOCA que se están jugando la vida día a día pese al ataque a sus puestos de trabajo.