La Audiencia de Barcelona ha condenado a penas de entre 10 y 12 años de cárcel por un delito de abuso sexual a cinco de los seis procesados por violar por turnos a una menor en Manresa, descartando así la agresión sexual e intimidación por valerse de su superioridad numérica y el estado de ebriedad de la víctima. Una vez más, el sistema judicial nos recuerda a las mujeres en qué posición estamos en la sociedad y legitima la perpetuación de esta violencia contra nosotras. Por no hablar de la perversidad del argumento, ya que como la menor no se resistió físicamente, la justicia determina que no hubo violencia por parte de los agresores. Esta justicia forma parte del sistema patriarcal que funciona perfectamente para ejemplarizar y recordar a las mujeres nuestra posición de subordinación. Una justicia en la que la única forma que te consideren víctima de agresión es si acabas asesinada, y muchas veces ni aun así.
El PCE, EL PSUC viu, la Juventud Comunista y la JSUC el queremos mostrar nuestro total rechazo a una sentencia que, como ya pasó con innumerables casos de otras “manadas”, exige a la víctima que muestre resistencia física aun existiendo una clara desigualdad numérica y de condiciones. Estamos viendo como la justicia considera que la indefensión total de la víctima, aturdida por el alcohol y en un entorno donde no se podía defender, es un atenuante en lugar de un agravante. Una vez más esta es la sentencia de un sistema judicial patriarcal que culpabiliza a las víctimas y naturaliza las agresiones sexuales y la violencia hacia las mujeres.
Por ello, exigimos al sistema judicial una sentencia ajustada a la gravedad de los hechos, que determine realmente que la culpa de las violaciones no está en las mujeres. El PCE, EL PSUC viu, la Juventud Comunista y la JSUC apoyamos las concentraciones que se están convocando en todas las ciudades el próximo lunes 4 de noviembre entre las 18h y las 20h. Porque un cambio en el sistema judicial es posible, porque solo el camino de la lucha puede desarmar las bases de una justicia que no revictimice a las mujeres y ponga el foco en los agresores, y porque solo el sí sea sí.
¡No es abuso, es violación! Hermana, yo sí te creo.