En el día de hoy, conocíamos por parte del Ministerio de Consumo, el retroceso en materia del juego online y las apuestas deportivas como consecuencia de la suspensión de las medidas adoptadas en el Real Decreto 11/2020 por el que se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID-19. Estas medidas, de carácter regulador que venían recogidas en el artículo 37 del citado Real Decreto, limitaban la publicidad comercial así como las ofertas al intervalo entre la 01:00h a.m. y las 05:00h a.m. prohibiendo también que el contenido de esta publicidad se dirigiese hacia las situaciones de «aburrimiento» derivadas de la cuarentena.
Pese a que estas medidas iban a estar en principio circunscritas al Estado de alarma, hoy descubrimos que, antes incluso de que este acabe, el Gobierno ha decidido finalizarlas para beneficiar a las grandes empresas que se lucran con el juego online y las casas de apuestas. Además, cabe destacar, en palabras del Ministro de Consumo, que estas medidas han servido para que el juego online y las apuestas deportivas se hayan visto ampliamente reducidas. Entonces, ante unas medidas efectivas que reducían el juego online y ponían coto a la publicidad deportiva, ¿por qué se deciden suspender estas medidas? La respuestas parece clara: no es casualidad que, en el momento en que el negocio de las apuestas puede tener un repunte con el retorno de la Liga y el resto de competiciones deportivas, las presiones de las grandes empresas y las multinacionales del juego se multipliquen para anteponer los intereses empresariales privados a la salud pública.
Desde la Juventud Comunista nos reafirmamos en nuestra frontal oposición al negocio del juego, también en su versión online, que se lucra a costa de joder la vida de miles de jóvenes en todo el país. En un contexto en el que las condiciones de vida de la juventud se han visto gravemente afectadas y no existen certidumbres acerca de nuestro futuro en el ámbito laboral, estudiantil y de ocio, necesitábamos avances contra la lacra de las casas de apuestas y no pasos atrás. Denunciamos este hecho como un retroceso que solo beneficia a los grandes empresarios de apuestas, y llamamos a la lucha por la abolición total del juego, como única salida para la juventud trabajadora.