A mitad del siglo XX Monzón dio un giro radical en su trayectoria económica, de ser un pueblo encarado al sector agroalimentario pasó a ser un destino predilecto para la implantación de la industria pesada. Su situación geográfica era estratégica para el aprovechamiento de la energía eléctrica producida en los saltos de agua al norte y ello supuso llegada de la Hidro Nitro (Ferroatlántica del Cinca), prácticamente el estreno de Monzón como ciudad industrial.
Es nuestra historia, la de Monzón y su clase obrera. La industria nos ha dado vitalidad económica, trabajo y contaminación; una contaminación que, junto a la del resto de industrias, nos ha supuesto problemas de salud a varias generaciones.
Ahora, después de muchas décadas, la matriz FerroGlobe decide que la planta no es rentable (siempre en el sentido de su máximo beneficio). Y plantea hasta 63 despidos. Este es el enésimo ejemplo de a lo que nos aboca la inexistente política industrial, nuestra total dependencia del capital extranjero y nuestra total subordinación a la desindustrialización marcada en la agenda europea.
Monzón cuenta con todo un pueblo adaptado a la existencia de Hidro Nitro y ahora quieren arrancarnos nuestra historia, nuestro modo de vida. Esta cuestión estaba planeada desde que decidieron venderse las concesiones de las centrales hidroeléctricas, ya sabíamos que cualquier promesa era en vano. Después de ensuciarnos el ambiente y nuestros pulmones quieren asfixiarnos económicamente, nos tratan como a un pañuelo de papel, se suenan los mocos y nos desechan.
Es hora de levantarse y mostrar nuestra rabia y rechazo ante tal ataque, los trabajadores de la Hidro han de contar con el apoyo del resto del pueblo. Porque nosotros contamos con ellos, su trabajo nos da trabajo a los demás. Desde el Partido Comunista y la Juventud Comunista en Aragón nos solidarizamos con los trabajadores y apoyamos las reivindicaciones y convocatorias del comité de empresa.
¡Por un futuro para Monzón! ¡Que viva la lucha de la clase obrera!