Gracias a las sucesivas reformas laborales del Régimen, apretando las tuercas a la gente asalariada y aumentando los beneficios privados a los dueños de las grandes empresas, las trabajadoras de limpieza de edificios y locales acaban de quedarse sin convenio colectivo pasando a tener como referencia el Estatuto de los Trabajadores.
Tras más de un año de reuniones en la mesa de negociación entre las representantes sindicales (CCOO, UGT y OSTA) y las asociaciones empresariales de la provincia (ASOAL y ASPEL) el 31 de diciembre de 2015 caducaba el convenio colectivo, pero ante esta presión las trabajadoras no han cedido a las ofertas patronales de semiesclavitud.
Se vislumbra el ejemplo de la doble explotación de clase y de género que sufren las mujeres. En una plantilla donde la aplastante mayoría de personas son mujeres, los puestos de cierta responsabilidad son copados por hombres. Además, apenas llegan a un tercio los contratos de jornada completa, dominando las jornadas parciales y en diferentes lugares, sin la inclusión en la nómina de las maratonianas jornadas de desplazamientos de un lugar a otro para la ejecución de la limpieza. Algo característico del sistema patriarcal, para que ellas tengan tiempo de realizar su doble jornada laboral, la remunerada en la empresa y la no remunerada en casa (tareas reproductivas, cuidados, etc), y así seguir sosteniendo de forma gratuita la economía del país. La exigencia de limpiar más espacios en el mismo tiempo se ha covertido en la norma. Y los sueldos permanencen congelados desde hace tres años.
No hacen faltan teorías muy complejas para comprender que esto es el significado puro y duro de la Feminización de la Pobreza. Las mujeres trabajadoras encarnan la sobreexplotación que han impuesto con las crisis estructural del sistema económico. Y las políticas gubernamentales no hacen más que aumentar la brecha y la opresión de género (reduccción de presupuestos para conciliación, cuidados, violencia machista, etc) y de clase (reformas laborales, fin de convencios colectivos, cientos de juicios contra sindicalistas, etc). Por mucho que los medios privados de comunicación quieran ocultar la cara del machismo, reduciéndolo a un simple lazo o a una condena mecánica de las mujeres asesinadas, el sistema patriarcal y de clase implica la opresión de las mujeres trabajadoras por medio de todo lo expuesto: salarios indignos, falta de respeto en la negociación, imposibilidad de conciliación laboral-familiar, etc.
Mientras la asociación impresarial no ha modificado su ofensiva oferta, las trabajadoras exigen un aumento de 8 euros en la nómina mensual. Se preparan para continuar con un conflicto duro, pero que no caminarán en solitario.
Por todo lo anterior, desde la Unión de Juventudes Comunistas de España en Aragón apoyamos la lucha de las trabajadoras de la limpieza por un Convenio Colectivo digno y vamos a sostener un apoyo efectivo por el triunfo en el conflicto.
Con las mujeres trabajadoras, DOBLEMENTE EXPLOTADAS, DOBLEMENTE REVOLUCIONARIAS.