«¡Recuperación nuestra, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre!» ¡Qué magníficas noticias nos llegan! Porque resulta que la crisis ha terminado; podemos verlo, por ejemplo, en los maravillosos datos de empleo que tenemos en Castilla y León. En el mes de enero, rompiendo con la tendencia, el empleo ha subido en Castilla y León ‒¡nada menos!‒ en 1.576 personas.
«Vamos en la buena dirección», dicen desde el PP, en el Gobierno de Castilla y León desde hace tantos años que se diría que descienden de los reyes medievales. El PP ‒sólo ellos y nadie más; recordemos que están en la Junta y también en el Gobierno central‒ ha logrado dar un vuelco a la tendencia, de manera que el desempleo creado por «la izquierda» (se entiende que se refieren al PSOE, aunque discrepemos profundamente de ello) va a terminar ya. El empleo crece y se debe única y exclusivamente a sus sabias políticas.
El problema surge cuando oponemos estos maravillosos datos de empleo del último mes a una gama de datos más amplia, viéndose con claridad que si hay algún crecimiento del empleo, no es gracias al PP, sino «a pesar de». Vayamos a los datos concretos.
Efectivamente, los datos de febrero lanzan la cifra de 223.293 desempleados/as en Castilla y León, una cifra tremebunda pero que permite albergar alguna esperanza: los datos del mes pasado golpeaban en la cara con 224.869 personas sin trabajo, lo que arroja una creación de 1.576 nuevos empleos de un mes para otro. Ahora bien, ¿esto es un éxito de las políticas del PP? Miremos los datos con un poco más de perspectiva.
En mayo serán las elecciones autonómicas y harán cuatro años desde la última victoria electoral de Juan Vicente Herrera. ¿Qué desempleo había por aquel entonces, en mayo de 2011? Las estadísticas oficiales de la Junta de Castilla y León nos dicen que había 195.039 desempleados/as. Es decir, la última legislatura de Herrera ha supuesto la destrucción hasta el mes de febrero de 28.254 puestos de trabajo en Castilla y León.
Vayamos a noviembre de 2011, cuando el PP ganó las elecciones generales y Mariano Rajoy se hizo con las riendas del Gobierno central. En aquel momento el desempleo registrado en Castilla y León era de 203.568 parados/as. ¿Qué significa esto? Que desde que Mariano Rajoy es presidente, hasta febrero, 19.725 personas se han quedado sin trabajo en Castilla y León.
De manera resumida: gobernando el PP, no deja de aumentar el desempleo.
Además, hay otros datos que podemos examinar para hacernos una idea de cómo está la situación en Castilla y León. El de la población activa, por ejemplo. Volvemos a hacer lo mismo, comparando datos de cuando se iniciaron las legislaturas estatal y autonómica con el presente. La Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2011 (en donde encuadraríamos mayo) señalaba que dicha población en Castilla y León era de 1.198.800 personas. En el cuarto trimestre (donde situamos noviembre, la victoria de Rajoy) la población activa en Castilla y León era ya menor: 1.191.800 personas. Y en el cuarto trimestre de 2014 (estamos a la espera de la del primer trimestre de 2015, cuyo resultado podemos imaginar) la población activa de Castilla y León había bajado a 1.165.200 personas. Un importante descenso, que indica que paralelamente a que aumentan las personas que se registran en el desempleo, otras se tienen que marchar porque no pueden trabajar.
De manera resumida: gobernando el PP, no deja de aumentar la despoblación.
Si a la vez que aumenta el paro se marchan desempleados/as, la conclusión que sacamos es que la destrucción de empleo es mucho mayor que la que registra el aumento de personas registradas en el paro. Y si a esto le añadimos el empleo sumergido, los datos pueden dispararse.
Pero los datos no terminan aquí. Tenemos otros datos muy interesantes. Por ejemplo, el que se refiere a la juventud. Un 53% de jóvenes de Castilla y León no tienen empleo. Es un porcentaje altísimo, que explica perfectamente por qué la juventud se está exiliando de la comunidad, contribuyendo al aumento de sus índices e envejecimiento y favoreciendo su muerte lenta. En resumen: el desempleo se ceba en la juventud.
Otro dato significativo es el que se refiere a la distribución por sexos del desempleo. Como hemos dicho, en febrero se dio la positiva cifra de 223.293 personas empleo en Castilla y León. De éstas, 105.162 son hombres y 118.131 son mujeres. Es decir: hay 12.969 paradas más que parados. Claramente, el desempleo se ceba con las mujeres. Y también podemos hablar de la desigualdad salarial: según datos que proporciona el sindicato UGT, los hombres en Castilla y León ganan de media un 25,24% más que las mujeres. Este 8 de marzo, por tanto, tiene más sentido que nunca alzar la voz por un trabajo digno.
Y para terminar, veamos los datos de contratación de este floreciente mes que ha sido el de febrero. Resulta que se han firmado en Castilla y León 7.512 contratos menos que en enero. Esto, lejos de indicar una recuperación económica, lo que pone en evidencia es que se sigue destruyendo empleo y que si el desempleo registrado en Castilla y León ha descendido en 1.576 personas, ha sido por la emigración. Pero además, ¿qué tipo de contratos se han firmado en febrero? Los datos no engañan: un 90% han sido contratos de tipo temporal y a tiempo parcial. En consecuencia, podemos afirmar: gobernando el PP, no deja de aumentar la precariedad.
Seríamos ingenuos/as si creyésemos que sólo el PP tiene la culpa de esto, aunque sí les corresponde buena parte de la responsabilidad. Porque son quienes gestionan un capitalismo que ha llevado a Castilla y León a ser sinónimo de paro, precariedad y despoblación, impulsando la concentración monopolística de la propiedad agraria (en el desigual reparto de las ayudas de la PAC podemos verlo claramente) y desmantelando la escasa industria que hay en la comunidad, acentuando a su vez la desigualdad que existe entre el medio rural y las ciudades, y entre unas ciudades y otras.
Dado que el capitalismo es el culpable de esta realidad, que viene de lejos, no podemos buscar en el capitalismo la salida a esta crisis permanente. Sólo un sistema en el que los/as trabajadores/as y los/as campesinos/as tomen las riendas de la economía podrá ofrecer una salida a esta comunidad moribunda. Sólo el socialismo podrá cortar la sangría de Castilla y León y ofrecer una salida para sus habitantes.
Pero el socialismo no vendrá solo. Tendremos que traerlo. Y no lo traerán los partidos del orden, con sus políticas nefastas al servicio del capital. No lo traerán tampoco quienes se dicen «ni de izquierdas ni de derechas» y ofrecen propuestas dispares en clarísima clave electoral. No lo traeremos tampoco la Juventud Comunista, ni el Partido Comunista, porque sólo somos una parte. El socialismo lo traerá la clase trabajadora, que para ello se tendrá que movilizar y organizar, creando poder popular, creando espacios para la unidad popular y construyendo una alternativa al sistema imperante. En breves llegan las marchas de la dignidad a Madrid, el 21 de marzo, y será una buena oportunidad para lanzarse a dar la batalla.
CONTRA EL PARO, LA PRECARIEDAD Y LA DESPOBLACIÓN, ¡CONSTRUYE DIGNIDAD! ¡CONSTRUYE PODER Y UNIDAD POPULAR! ¡CONSTRUYE SOCIALISMO!