Hace escasos días, un joven jornalero de 32 años murió por un golpe de calor en una finca cercana a Gévora (Badajoz), tras llevar 10 horas trabajando bajo una temperatura de 40 grados, a pleno sol. Este terrible acontecimiento ha vuelto a mostrar la dura realidad que acontece día a día, pues no ha sido un hecho aislado fruto de la mala suerte. Muchas personas hemos sufrido las durísimas condiciones del trabajo en el campo, y hemos sido víctimas de la explotación y la precariedad. Desde la Unión de Juventudes Comunistas en Extremadura mostramos todo nuestro apoyo a su familia, y a sus amigos y amigas.
Extremadura es una región mayoritariamente agrícola que ha soportado durante años el exilio de jóvenes trabajadores y trabajadoras, buscando un modo de ganarse la vida. Por si esto fuera poco, quienes consiguen quedarse en nuestra tierra, tienen que padecer las consecuencias de un trabajo especialmente precario como es el del campo.
Esta situación de injusticia se da prácticamente en la totalidad de regiones y países del sur de Europa, donde la precariedad del trabajo en el campo o la emigración son las únicas alternativas que existen.
Las gentes humildes y trabajadoras estamos tomando conciencia. Tenemos claro que solamente con la unidad de las clases populares y la reivindicación de nuestros derechos sociales y laborales conseguiremos hacer frente a la explotación y a las injusticias que nos maltratan diariamente.
En nuestra tierra, y en el centro de trabajo, democracia.