Un año más, el 6 de diciembre no tenemos nada que celebrar, tenemos mucho por lo que luchar.
Hace 37 años que se instauró una constitución que está amparada por el sistema capitalista. Una constitución que no fue votada por la gran mayoría de la población española y fue aprobada tras lo que nos quieren hacer ver como una transición modélica que sigue manteniendo a los verdugos en el poder y acallando a las víctimas y su justicia. Una constitución obsoleta, que sustenta privilegios caducos como una monarquía corrupta, herencia directa del franquismo o no reconoce la unión entre personas del mismo sexo. Una constitución en la que el pago de la deuda privada está por encima de otros artículos como el derecho a una vivienda digna o una educación de calidad para todas y todos.
Los jóvenes no tuvimos opción de decidir qué constitución queríamos, qué sistema de gobierno elegíamos ni qué derechos podíamos tener. Hoy, 37 años después, seguimos luchando por poder defender nuestros derechos. El exilio económico es una situación cada vez más común entre la juventud, y aquellos que se resignan a marchar se ven obligados a tener trabajos precarios, sin derechos y ningún tipo de estabilidad económica que te permita vivir dignamente o poder emanciparte.
Por todo ello, seguimos luchando contra este sistema capitalista blindado por la Constitución del 78 que continúa recortando derechos e imponiendo medidas para ahogarnos y que ellos mantengan sus beneficios. Creemos que el modelo político-económico está acabado y que es necesario avanzar hacía un proceso constituyente participativo que devuelva el poder al pueblo, que renuncie al pago ilegítimo de la deuda y que nos devuelva nuestros derechos.