La UJCE condena de forma rotunda el golpe de estado en marcha en Brasil, iniciado por los sectores mas reaccionarios de la derecha parlamentaria de Brasil contra la presidenta democráticamente elegida por el pueblo brasileño.
Declaración de la UJCE sobre el golpe de estado iniciado en Brasil
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España, hemos tenido conocimiento de que el pasado 17 de abril, con una mayoría de 367 votos, la derecha brasileña abría el proceso de impeachment a Dilma Rousseff. Este proceso, de ser aprobado por el Senado brasileño, podría terminar en la destitución de la presidenta.
Queremos destacar que la presidenta Dilma Rousseff no enfrenta ningún cargo de corrupción, lo cual no se puede decir lo mismo de los impulsores del impeachment, como por ejemplo el Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien tomó la iniciativa en el proceso golpista, y actualmente enfrenta cargos por corrupción y lavado de dinero, al ser acusado de recibir sobornos por hasta cinco millones de dólares por facilitar contratos de Petrobras.
Esta situación paradójica, en la que un corrupto puede desbancar a una presidenta democráticamente elegida y sin imputaciones judiciales con el apoyo de un parlamento en el que el 60% de los y las diputadas están también en los tribunales por corrupción, muestra la verdadera naturaleza del golpe de estado en curso. No se trata de defender la democracia, ni de luchar contra la corrupción. El objetivo de fondo es eliminar las políticas sociales que reducen los beneficios del gran capital brasileño. Ante la imposibilidad de frenar esta dinámica de mejora de la posición de la clase trabajadora por vías electorales, como siempre ha demostrado, los sectores reaccionarios de la burguesia no dudan en acudir a cualquier otro método.
En esta situación, desde la UJCE señalamos que una Cámara de diputados cuya correlación de fuerzas ahora se inclina con más fuerza hacia los sectores más reaccionarios de la burguesía, una mayoría de corruptos, filofascistas y golpistas, no van a solucionar los problemas de corrupción y la crisis que sufre Brasil, sino que solo contribuirán profundizar en la miseria de la clase obrera y el pueblo brasileño. La intención del bloque reaccionario en el Congreso quedaba patente en la intervención de diputados que reconocían votar contra ““para que se les deje de dar dinero a los desocupados”, o como el exmilitar Jair Bolsonaro, dedicando el voto contra Dilma al torturador Coronel Ustra.
El bienestar de los y las trabajadoras de Brasil sólo se podrá conquistar con la lucha constante contra el capitalismo, con la lucha ininterrumpida por la soberanía popular y el socialismo. No es posible tampoco desconocer la situación de corrupción y crisis de Brasil. Sin embargo, cualquier salida favorable para los y las trabajadoras no vendrá a través de un golpe de estado, sino de la acumulación de fuerzas clasistas que permita la ruptura con las políticas conciliadoras del actual gobierno y abra una perspectiva de lucha de clases en la que el bienestar de la clase obrera se vaya forjando sobre la expropiación de las ganancias que el capital brasileño extrae a los y las trabajadoras.
Otra vez Latinoamérica sufre los ataques de la derecha reaccionaria, que trunca los procesos progresistas en el continente a través de cualquier medio que esté a su disposición. Como ya ocurrió en Paraguay y Honduras, o como está sucediendo en Venezuela o Argentina, donde el nuevo gobierno, erigido sobre la mentira y los errores del anterior proceso, agudiza su seguidismo a los planes del imperialismo mientras destruye los derechos sociales y democráticos conquistados por la clase trabajadora.
La UJCE se solidariza con el pueblo brasileño en su lucha contra los enemigos de la democracia y las conquistas sociales. Consideramos que sólo la lucha decidida de los y las trabajadoras brasileñas en una perspectiva socialista, superando la perspectiva de un gobierno que asumió la conciliación de clase en perjuicio del avance de la clase obrera, podrán poner fin al golpe, terminar con la corrupción y la miseria y construir un futuro de dignidad en Brasil.
#NãoVaiTerGolpe