El pasado día 6 fue el día de las Fuerzas Armadas. Es la primera vez que Felipe VI preside como jefe del Estado esta celebración, a tan solo dos semanas de cumplirse el primer aniversario de su ilegítima coronación y toda la prensa burguesa se ha volcado para cubrir este evento, con el objetivo tanto de consolidar una monarquía ilegítima e inestable como para reivindicar los símbolos de represión y control del capital. Actualmente, las Fuerzas Armadas son una de las instituciones más herméticas del Estado y cuentan con cerca de 133 mil personas en activo y un presupuesto de más de 6000 millones de euros; solo la celebración del día de las Fuerzas Armadas ha costado alrededor de 140000 euros de dinero público.El día
Desde la UJCE creemos que no hay nada que celebrar. Rechazamos la actual configuración de las Fuerzas Armadas, que constituyen uno de los instrumentos del imperialismo y de represión a nivel mundial del Estado español. Instrumento que cuenta con misiones en los principales frentes de avance del imperialismo dirigido por la OTAN, como Afganistán, Líbano o República Centroafricana, donde su labor, lejos de ser la protección de los derechos de los pueblos, es afianzar los intereses del capital a escala mundial. A escasos días del anuncio de que Morón será base permanente de EEUU, con un aumento de su presencia militar y, por lo tanto, un aumento del control del imperialismo estadounidense, afirmamos la necesidad de reconversión, transformación y democratización de las Fuerzas Armadas.
La UJCE apostamos por unas Fuerzas Armadas al servicio de los pueblos y no de los intereses de las grandes fortunas, de manera que se conviertan en fuerzas de defensa y de paz y no de ocupación. Un ejército del pueblo en defensa de sus intereses, más democrático transparente, modernizado y femeneizado. No se pueden consentir casos como los de Zaida Cantera, que muestran no solo el estado antidemocrático de las Fuerzas Armadas sino las raíces profundas del patriarcado y la represión machista, presentes en todas las instituciones. Este carácter democrático hace necesaria una transformación de la propia organización de las fuerzas armadas, con una jerarquía acorde con su carácter de instrumento de emancipación de los pueblos; menos oficiales y mandos y más tropas regulares. En definitiva, la construcción de unas fuerzas armadas subordinadas a la soberanía nacional y de los pueblos de España y del mundo y no a los intereses imperialistas de la OTAN.
En definitiva, rechazamos una celebración que conmemora una institución que sirve para el control y la represión, y apostamos por unas Fuerzas Armadas al servicio de los pueblos, de la Patria entendida como la unidad de los sectores populares en lucha por su emancipación. Un ejército popular de construcción y no de represión y control. Y todo ello únicamente podrá entenderse en el marco de una profunda transformación de las bases del actual Estado monárquico y capitalista hacia la República como vía para el socialismo.