Otra barrera de segregación de género.El recrudecimiento de la crisis capitalista y su ensañamiento sobre los sectores populares tiene rostro femenino, pues como sabemos la actual crisis está produciendo un empobrecimiento para las mujeres como resultado de la doble explotación que suponen patriarcado y capital.
En el ámbito de la educación este sesgo femenino de la pobreza se hace notar cada vez más. Si en los últimos años la lucha del movimiento feminista ha conseguido un incremento representativo del número de mujeres en las instituciones educativas (actualmente el 54% del estudiantado universitario está formado por mujeres) lo cierto es que siguen existiendo fuertes barreras de segregación que impiden un desarrollo educativo en las mismas condiciones que los hombres.
Un ejemplo es la barrera material que se tienen las mujeres a la hora de escoger estudios, donde se hace patente una evidente tendencia a segregar a las mujeres en las carreras de humanidades y ciencias sociales, dado que en carreras como ingenerías o arquitectura sólo representan un 25% del estudiantado. Se hace patente la descualificación por género que impide a las mujeres acceder a aquellas carreras con una mejor salida laboral.
Pero lo más grave es el creciente proceso de prostitución estudiantil. Las políticas de subidas de tasas y recortes de becas, junto con la enorme tasa de paro juvenil, han forzado a miles de jóvenes sin recursos suficientes para costearse una carrera recurrir a la salida de la prostitución como vía para obtener ingresos. En Reino Unido se calcula que un 20% de las trabajadoras en clubes de alterne son estudiantes universitarias. En nuestro Estado aún estamos lejos de esas cifras; sin embargo algunos estudios afirman que entre el 18% (Médicos del Mundo), y hasta el 30% (Asociación de Profesionales del Sexo), de las mujeres prostituidas tienen entre 18 y 24 años, lo que junto al encarecimiento de los precios públicos de nuestras carreras, representa un riesgo de crecimiento de este fenómeno en nuestro país, forzando a las mujeres a vender su cuerpo para poder acceder a lo que debería ser un derecho básico.