42º Festival Odigitis, de la Juventud Comunista de Grecia (KNE)
Del 22 al 24 de septiembre se está celebrando en Atenas el 42ºFestival Odigitis, de la Juventud Comunista de Grecia (KNE).
Bajo el lema «Adelante tu también, mientras la historia avanza», miles de jóvenes se reúnen en actividades culturales y políticas. Entre ellos, participan organizaciones de más de 30 países.
EL 23 de septiembre se ha desarrollado un seminario internacional titulado «Intercambio de experiencias y conclusiones de las luchas de la juventud contra la barbarie capitalista en nuestros países. El papel de la vanguardia». La UJCE hemos participado con la intervención que compartimos a continuación:
– Estimados camaradas,
desde hace ya muchas décadas, la cuestión del papel de los partidos comunistas como vanguardia de la clase obrera se presenta como uno de los tópicos esenciales para el movimiento comunista internacional. Hace muchos años que los y las comunistas sabemos que las condiciones objetivas para la revolución socialista están dadas, y que si algo frena el estallido revolucionario de la clase obrera en el mundo es el escaso desarrollo de las condiciones subjetivas. La ofensiva ideológica del capital ha hecho mella en la clase obrera, y tenemos que reconocer que los partidos comunistas no hemos estado a la altura. El “there is no alternative” del neoliberalismo es la traducción moderna de la naturalización del sistema capitalista que ya criticaba Marx.
Frente a esta situación, los y las comunistas debemos asumir como fundamental la lucha ideológica, de forma que se desarrolle la conciencia del proletariado. Sin embargo, esta lucha no puede limitarse a la propaganda política. La Internacional Comunista, en su tercer congreso, dejaba clara la importancia del trabajo entre las masas, en los lugares en que se produce la contradicción entre capital y trabajo: “Desde el primer momento de su fundación, la Internacional Comunista se planteó como objetivo, claramente y sin equívocos, no la formación de pequeñas sectas comunistas que intentasen ejercer su influencia sobre las masas obreras únicamente mediante la agitación y la propaganda, sino la participación en la lucha de las masas obreras, guiando esta lucha en el sentido comunista y constituyendo en el proceso del combate grandes partidos comunistas revolucionarios”.
El papel de vanguardia de las organizaciones comunistas se convierte entonces en una actividad de la praxis¸del día a día, en el que empleamos la teoría comunista para orientar las luchas concretas de las masas de obreros y capas populares. El Partido Comunista de España refleja estas ideas afirmando que su militancia debe trabajar en espacios “incluyendo a los que compartimos condiciones materiales, no concepciones ideológicas previas”. Por ello, sería un error abandonar espacios “por el bajo nivel de conciencia que demuestran” (Conferencia política del PCE de 2012).
El rol de vanguardia exige por lo tanto trabajar desde las masas, esclareciendo las relaciones existentes entre las diferentes clases sociales, el devenir del capitalismo y la solución socialista.
A las organizaciones juveniles comunistas nos toca desarrollar el papel de vanguardia en el seno de los espacios de socialización de los y las jóvenes obreras. Allí donde la juventud siente el yugo del capital, es donde la vanguardia debe hacerse efectiva, siempre teniendo en cuenta nuestro papel fundamental, que no es otro que el de desarrollar las condiciones subjetivas. Es un error que cuesta caro al movimiento comunista confundir este papel, pensando que la las masas deben reconocer la corrección de nuestros análisis. En el fondo, esta equivocación supone la negación de la lucha de clases, y la reedición sectaria de cierto utopismo.
La UJCE confirmamos la corrección de esta interpretación del papel de vanguardia a través del contacto directo y constante con las masas obreras y populares en los centros de trabajo, en los barrios obreros y en los centros de estudio. En estos espacios, la juventud siente el peso de la precariedad y de la degradación de sus condiciones. Allí es donde la contradicción entre la propaganda de la esperanza del capital y la oscura realidad de la explotación se hacen más patentes. Es allí donde nuestra labor de combate ideológico y de organización para el contragolpe puede contar con la experiencia práctica de la clase obrera.
Los centros de trabajo se convierten en un espacio esencial para el ejercicio del papel de vanguardia. Allí la contradicción capital-trabajo se muestra de forma descarnada. La miseria de la clase obrera tiene su reverso en la prosperidad del burgués. Cada lucha, por parcial que parezca, sirve para elevar la conciencia revolucionaria de las masas, siempre y cuando ejerzamos nuestro papel de vanguardia desvelando la necesidad de la lucha como medio para la satisfacción de las necesidades de nuestra clase. La lucha por los descansos laborales, por el aumento de salario, por la defensa de los puestos de trabajo, dirigida de forma consciente y preocupada sólo en el bienestar de la clase obrera, y nunca en la compatibilidad con el sistema capitalista, abre las puertas a la comprensión de la lucha de clases, y aproxima el momento de la revolución, al desarrollar las condiciones subjetivas.
En el contexto actual de crisis, además, la juventud es la capa de la clase obrera más atacada, por lo que el papel de las organizaciones juveniles se presenta esencial, al dirigirse a las personas con las condiciones materiales más míseras. Por ejemplo, en el Estado español se están desarrollando una serie de luchas en las empresas de telemarketing cuyo objetivo es asegurar convenios colectivos que cubran las necesidades de una vida digna, negada a las trabajadoras de este sector. Ayer se vivió en España una jornada de movilización de los y las trabajadoras del telemarketing, la mayoría jóvenes precarias, y se repetirán el 29 de este mes. Sobre la mesa está la posibilidad de una huelga general el 6 de octubre si la patronal se niega a firmar un convenio que respete los derechos de los trabajadores. La UJCE considera vital el trabajo entre estas trabajadoras, reforzando el ímpetu de lucha y empleando estas luchas parciales para esclarecer las dinámicas del capitalismo.
El trabajo en las escuelas es fundamental. En momentos de crisis, cuando la universidad cada vez excluye más a los y las hijas de la clase obrera, el trabajo entre estudiantes en los institutos es fundamental. El capital es consciente de que para el futuro de precariedad la expansión de la educación de calidad se convierte en un gasto. Por ello, desde edades tempranas, se segrega a la juventud, programando para la mayoría una educación de mínimos. Esta realidad es patente en España. Durante este curso, se implementarán exámenes segregacionistas a edades tempranas, siguiendo un modelo que se extiende por toda la Unión Europea. Es labor de la vanguardia reflejar la relación entre estas políticas y el capitalismo, entre la situación de la clase obrera y la degradación de la educación, que al no revertir en potenciación del trabajo y, a través de la explotación, en aumento de la tasa de ganancia, es vista por el capital como un gasto innecesario. Así se podrá sumar la lucha estudiantil a la lucha por la construcción del socialismo.
La vanguardia tampoco debe olvidar el trabajo entre las personas paradas, alrededor de los barrios obreros. Es en los barrios donde la clase obrera desarrolla su vida, donde el capital lucha por reducir el salario indirecto a través de la privatización de servicios públicos, donde impone el consumismo como único medio de socialización y donde fomenta la degradación de la vida de los y las trabajadoras. Aquí, la vanguardia debe saber defender las conquistas de servicios públicos. Es necesario luchar contra una urbanización de la ciudad bajo lógicas capitalistas, denunciando proyectos urbanísticos que se licitan para servir de balón de oxígeno del capital. La ciudad y los pueblos son también un campo de batalla, y resulta necesario reflejar cómo la degradación de los servicios públicos es la lucha del capital por aumentar la tasa de beneficio en perjuicio de la masa salarial.
En definitiva, la vanguardia debe ejercer su papel en cada confrontación entre el capital y el trabajo, por pequeño que sea. Su objetivo es insertar cada reivindicación en el proceso de destrucción del capitalismo y construcción de la sociedad socialista. Sólo acompañando a la clase obrera en todas las luchas por su bienestar será posible combatir el avance ideológico de la burguesía. Debemos ser sinceros y reconocer nuestras limitaciones: durante décadas hemos perdido esa batalla, y las condiciones subjetivas han mantenido una tendencia regresiva. Como se ha dicho, el desarrollo de las fuerzas productivas hacen ya posible, e incluso más necesario que nunca, el control obrero de los medios de producción, el paso al socialismo. Sobre los hombros de los partidos comunistas recae la responsabilidad de destrabar los obstáculos a dicho objetivo, ejerciendo nuestro papel de vanguardia y convirtiendo las necesidades de la clase obrera en luchas, y esas luchas en voluntad revolucionaria.