Ante el asesinato de Lesbia Yaneth en Honduras
El pasado 7 de julio de 2016 fue brutalmente asesinada Lesbia Yaneth Urquía, activista ecologista de Honduras y compañera infatigable de lucha de Berta Cáceres, también asesinada hace 4 meses. Con Lesbia ya son 114 asesinatos en Honduras de activistas que en defensa de un nuevo modelo económico y social se ponen a la cabeza de la lucha por preservar el medio ambiente y el ecosistema.
Lesbia Yaneth Urquía se encontraba junto con otras compañeras de COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) en la pelea para paralizar un proyecto hidráulico en el noroeste de Honduras: la presa de Agua Zarca. La concesión de este proyecto no es reciente sino que emana de la aprobación de la Ley General de Aguas 2 meses después del Golpe de Estado en Honduras (28 de junio de 2009).
La construcción de la presa de Agua Zarca no responde sino a los intereses cortoplacistas de las empresas monopolistas de red eléctrica para la obtención de beneficios económicos destruyendo con ello ríos, campos, bosques, fauna y en este último caso, también personas.
Y es que el agua es el recurso a expropiar por la oligarquía al planeta durante los próximos años. Tras la falta de un vector energético fiable, barato y efectivo vemos como la mayoría de los países intentan rearmarse para continuar con un proyecto de crecimiento continuo sin importar la salud del planeta. Una vez más, la contradicción Capitalismo-vida se nos presenta ante nosotras.
Pero no sólo en Honduras vemos la pelea por la expropiación de los recursos naturales, sino que en España soportamos un plan hidrológico que sirve a las grandes explotaciones agrícolas y a las grandes empresas y la propuesta de recrecimiento de pantanos y embalses como el de Yesa (en el Pirineo navarro-aragonés). Además de todo ello sufrimos la consecuencia de las externalizaciones y privatizaciones de la gestión del agua que no sólo precarizan el empleo sino que además convierten un bien común en negocio para las empresas.
Una vez más la solidaridad internacionalista es la mejor arma de la que disponemos la clase trabajadora en nuestra lucha frente al Imperialismo y frente a la explotación capitalista. No consentiremos la muerte de más compañeras en la pelea por unas condiciones de vida digna.
¡Unidas lucharemos hasta vencer!
¡Solidaridad con el COPINH!
¡Lesbia Yaneth vive, la lucha sigue!