La Comisión de Europa y Norteamérica de la Federación Mundial de la Juventud Democrática celebra del 2 al 9 de mayo una semana de acción contra el anticomunismo, la penalización y la ilegalización de los y las comunistas y las ideas progresistas, la persecución de partidos políticos y organizaciones juveniles, la encarcelación de militantes, y contra el fascismo, el racismo y la xenofobia.
Comunicado de la UJCE con motivo de la Semana de acción de la CENA, contra el fascismo y el anticomunismo
La Comisión de Europa y Norteamérica (CENA) de la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD) celebra del 2 al 9 de mayo una semana de acción contra el anticomunismo, la penalización y la ilegalización de los y las comunistas y las ideas progresistas, la persecución de partidos políticos y organizaciones juveniles, la encarcelación de militantes, y contra el fascismo, el racismo y la xenofobia. Con motivo del segundo aniversario de la matanza en el edificio sindical de Odessa (Ucrania) y el 71 aniversario de la derrota del fascismo gracias a la Unión Soviética, la CENA quiere llamar la atención sobre el auge del fascismo en Europa, amparado por las instituciones imperialistas como la UE.
A diferencia de lo que ya ha ocurrido en numerosos países de Europa, la extrema derecha en España no ha irrumpido aún en el plano electoral. No obstante, sería un error considerar que el fascismo en España no representa una amenaza real.
En los últimos años, fruto de una tasa de desempleo elevadísima y de las condiciones de precariedad extrema en las que sobreviven numerosas familias, ha ido cobrando fuerza el discurso de rechazo a una población inmigrante que es presentada como competidora directa de “los de casa” a la hora de encontrar empleo o recibir ayudas sociales.
Aprovechando esta situación de vulnerabilidad, algunas formaciones ultraderechistas han empezado a poner en marcha peligrosos proyectos como las recogidas y repartos de alimentos “sólo para españoles”. Estas iniciativas que combinan el discurso identitario y xenófobo con prácticas asistencialistas, han tenido hasta ahora un impacto considerable, a pesar de existir únicamente a nivel local y con un considerable grado de fragmentación entre sus grupos promotores.
Algunos de los ejemplos más destacables de cómo estas “semillas” del fascismo han logrado tener cierto éxito en su entorno, podemos encontrarlo en los casos de Plataforma per Catalunya, que en las elecciones municipales del 2011 llegó a obtener 67 concejales; o en España 2000, con 6 concejales y una importante presencia en el Corredor del Henares (zona industrial en la periferia de Madrid y una elevada tasa de población inmigrante).
Más allá del plano institucional, ha cobrado especial relevancia el conflicto abierto en la ciudad de Madrid desde la irrupción de los neonazis del autodenominado “Hogar Social Madrid” que, aunque con nuevas actitudes y discursos copiados de los movimientos sociales (recogidas discriminatorias de alimentos, parar desahucios de españoles, ocupaciones de edificios para alojar a españoles sin hogar…) representan la estrategia tradicional de la extrema derecha. Por un lado, se dan a conocer y presentan su discurso bajo una fachada asistencialista y “amable” mientras que, en paralelo, elevan la conflictividad social de los barrios donde se asientan con numerosas agresiones e intimidaciones dirigidas contra la población extranjera, jóvenes de izquierdas, personas LGTBI, colectivos vecinales, etc. En poco tiempo, el Hogar Social Madrid ha logrado aglutinar a prácticamente todos los grupúsculos neonazis y de extrema derecha de la capital.
Por otra parte, la escalada represiva que supone la Ley Mordaza, el recorte de libertades y el ataque a derechos esenciales como es el derecho a la huelga, no hacen más que allanar el camino a los elementos más reaccionarios y conservadores que, aunque ahora se encuentren mayoritariamente encuadrados en “partidos del régimen” como el PP, o en formaciones aún marginales y de ámbito local, no puede descartarse que a medio plazo se agrupen en un movimiento político propio. La volatilidad del voto en un escenario de descomposición del régimen bipartidista y la experiencia europea en cuanto al rápido crecimiento electoral que pueden tener estas fuerzas, deben servir como aviso para prevenir esta situación y cortar de raíz todas las manifestaciones del fascismo emergente.
Todas las organizaciones progresistas y democráticas deben unirse para atajar el problema antes de que sea tarde. No es necesario esperar hasta que la extrema derecha irrumpa con fuerza en los parlamentos. Como podemos observar en gran parte de Europa, la izquierda ha reaccionado demasiado tarde y los fascistas han aprovechado el vacío en los espacios que los partidos comunistas y las fuerzas progresistas habían abandonado.
En esta Semana de acción de la CENA rendimos homenaje a las víctimas de la Masacre de Odessa, cuando hace dos años, las bandas fascistas promovidas por el imperialismo de EEUU y la UE asesinaron a alrededor de 40 personas provocando un incendio en la Casa de los Sindicatos de la mencionada ciudad ucraniana.
La sombra del fascismo planea de nuevo sobre Europa y el mundo; unámonos para detenerla.