Desde la Juventud Comunista en Castilla-La Mancha nos vemos obligadas a denunciar la situación que, en general, atraviesa la clase obrera en nuestra región y, en particular, la juventud trabajadora tras el estallido de la crisis del Covid19, poniendo de manifiesto la incapacidad del sistema capitalista respecto a la vida.
Tras la aprobación del Decreto de Alarma en Consejo de Ministros, se abría un futuro de incertidumbre para miles de trabajadores y trabajadoras, quienes no sabrían qué sería de sus puestos de trabajo. Desde entonces, hemos observado como miles de trabajadoras han sido afectadas por los ERTEs y EREs, estos se han ido produciendo sistemáticamente en las empresas dejando a familias enteras sin ningún tipo de ingresos más allá del paro que les corresponde, las consecuencias son terribles. Unas consecuencias que en la juventud se ven agravadas por las condiciones de precariedad laboral y vital que ya existían de manera previa a esta crisis sanitaria. Son miles de jóvenes las que se preguntan qué será de su alquiler y de sus estudios, los cuales ellas mismas se pagaban mediante su trabajo; además, existe el otro lado de la moneda, todas esas personas de clase trabajadora que han tenido que ir de manera obligada a trabajar, exponiéndose a sí misma y a sus familias. En esta situación se vuelve a poner de relieve como, bajo las normas del sistema capitalista, sigue prevaleciendo la producción a la propia vida, como nuestras vidas no valen nada.
En Castilla-La Mancha, ya han sido más de 3000 empresas las que han solicitado la tramitación de ERTEs, entre ellas, grandes grupos empresariales cuyos beneficios aumentan año tras año, los cuales no van a permitir que estos disminuyan tengan el coste que tengan para la clase trabajadora. Por eso mismo, denunciamos y exigimos que los trabajadores y trabajadoras no se vean afectadas por estos despidos, al igual que exigimos la paralización de los pagos del alquiler y de hipotecas como la suspensión de pagos de los suministros más básicos como puedan ser agua, luz y gas.
La clase obrera no puede ser la que vuelva a pagar las consecuencias de una crisis de la que no tiene culpa, por eso, exigimos ¡Qué ninguna familia; qué ninguna joven se vea en situación de vulnerabilidad!