El pasado 20 de julio pudimos observar cómo el Ayuntamiento de Murcia del PP y Ciudadanos, apoyado por la ultraderecha de VOX, definitivamente comenzó las obras de “rehabilitación” de la Cárcel Vieja de nuestra ciudad con el proyecto que pretende integrar el edificio de la cárcel como un espacio más de ocio en el área urbana de Murcia. A pesar de la denuncia constante de colectivos sociales como HUERMUR, reclamando que dicho espacio es parte del Patrimonio Cultural de nuestra Región y de nuestra ciudad e imprescindible para entender nuestra historia reciente, muy ligada a la dictadura, el Ayuntamiento ha decidido hacer oídos sordos (como nos tiene acostumbrados en toda la presente legislatura y anteriores) para derribar parte del pasado murciano.
La Cárcel Vieja ha sido el centro penitenciario principal desde su construcción en los años 20 del pasado siglo hasta los 80’. Sin embargo, adquirió su principal significado e historia al calor de la criminal dictadura franquista, tal como han podido relatar los historiadores murcianos que han descrito todo lo acontecido desde hace décadas. De este período destacamos las absolutas penurias, dificultades y miserias que miles de obreros revolucionarios y simpatizantes de la izquierda republicana sufrieron en las primeras décadas de la dictadura.
Esta prisión sirvió como principalmente centro de tortura y represión franquista en la Región y una de las peores cárceles franquistas durante los 40’, llegando a hacinar hasta 4000 presos en una prisión habilitada para 400. De los testimonios recogidos de nuestros abuelos y abuelas sabemos que las condiciones eran lamentables y tanto los carceleros como falangistas cometieron actos criminales e inhumanos contra aquellos que sufrieron la mala suerte de caer en las garras del fascismo. Entre ellos, sabemos que hubo fusilamientos en los mismos muros que hoy el Ayuntamiento está derribando y violaciones por parte de carceleros y falangistas a las mujeres obreras que fueron detenidas y encarceladas. Además, el hacinamiento provocó la proliferación de enfermedades que mató a cientos de presos antes incluso de que fueran fusilados por el régimen franquista.
Desde la Juventud Comunista de Murcia nos sumamos a la denuncia de los colectivos sociales que exigen la paralización de la obra y reclamamos que definitivamente se ponga en valor este edificio histórico como un museo de la represión franquista donde se muestre con pelos y señales la historia que hoy en día el Ayuntamiento de Murcia quiere ocultar. Nosotros ponemos en valor la historia de los luchadores por la libertad, la república y el socialismo que nos acontecieron y que llenaron de orgullo a la clase obrera murciana y a nuestra Región. Su lucha y sufrimiento no será en vano. Haremos justicia.
¡Que viva la lucha de la clase obrera!
¡Por la memoria de los luchadores, por la libertad y la república!