Un cura que colabora con los editores del periódico del Partido Comunista, un ingeniero perseguido, una mujer que organiza asaltos a las tiendas para poder comer, niños que atentan contra el fascismo… Una película coral que trata de que no se olvide la memoria reciente de la lucha antifascista italiana y el clima de opresión constante con el que se vive la ocupación alemana de la italia de Mussolini.
Tras la II Guerra Mundial, la industria cinematográfica italiana ha (prácticamente) desaparecido. Un grupo de cineastas deciden volverse a poner manos a la obra y esta es una de las primeras cintas que producen. En un marco de falta de medios, se impone una nueva postura moral, de clara conciencia antifascista que desembocará en el nacimiento del Neorrealismo italiano. En esta película podemos ver algunos de los puntos que marcarán el movimiento, como la coralidad, el uso de exteriores y la participación de actores no profesionales.
Y es que como decía Godard: “todos los caminos conducen a Roma, ciudad abierta”.