Desde la Juventud Comunista de la Región de Murcia queremos denunciar la relación de la UCAM con el negocio de las apuestas deportivas.
El portal de juego online apuestasdemurcia.es, perteneciente a la empresa ‘MurciaApuestas S.L.’, elaboró un vídeo promocional junto con la UCAM y su equipo de baloncesto, el UCAM Murcia. En el vídeo se ve a una chica joven en la biblioteca buscando un libro de «probabilidad y estadística» y cuando lo encuentra se lo quita de las manos el jugador Emanuel Cate, perteneciente al equipo del UCAM Murcia. El eslogan del vídeo es «la emoción no entiende de lógica». La empresa “Apuestas Murcia” patrocina a los equipos deportivos de la UCAM Murcia CB y UCAM Murcia CF, por lo que una vez más la UCAM demuestra ser una empresa que utiliza a la educación para hacer su propio negocio.
Por un lado, en este vídeo se deja de lado la ciencia y por tanto la educación al proclamar que la estadística poco tiene que ver con los juegos de azar. Al decir que “la emoción no entiende de lógica” animan a las personas que se dejen llevar por la emoción y subidón de adrenalina como realidad objetiva durante una apuesta, contribuyendo así al inicio de la adicción, ya que la ludopatía es una enfermedad que tiene una base biológica que funciona de manera similar a la adicción a las sustancias químicas.
Para la UCAM el negocio debe ser rentable cueste lo que cueste, aunque sea por encima de la vida de las jóvenes y sus familias al promocionar una de las grandes lacras de la Región, las apuestas deportivas. Murcia es la región española y europea con más casas de apuesta por habitante y la proliferación de estos locales junto con la publicidad intensiva con la que se promociona este sector tiene como consecuencia que solo en 2016, en Murcia, la cifra de personas afectadas por la ludopatía ascendiese a 800, mucha de ellas jóvenes, ya que la edad del jugador ha bajado y está entre los 17 y los 28 años.
Una de las grandes herramientas del negocio de las apuestas es la permisibilidad publicitaria, publicidad que nos encontramos desde internet o en la televisión hasta una publicidad explícita en estadios deportivos, publicidad contextualizada en retrasmisiones deportivas llevada a cabo por deportistas de alto nivel, referentes entre la juventud, todo como si apostar fuese algo natural y al alcance de todos y que normalizan que son realidades que van juntas. Un engranaje del cual la UCAM forma parte regida por sus propios intereses económicos.
Estas empresas junto con la UCAM se defienden diciendo proteger el deporte cuando la realidad es que vivimos en una Región donde hay más casas de apuestas que espacios para practicar deporte de una manera pública y gratuita. Los jóvenes aficionados al deporte se ven sin alternativas reales para poder dar una salida sana de ocio de acuerdo a sus gustos. Además, estos datos no se pueden entender sin añadir el tercer factor a la ecuación, el de clase. Son aquellas localidades y barrios con menos renta, donde las políticas neoliberales azotan con más fuerza, y con una juventud con falta de expectativas y de un futuro estable las más afectadas. Todo esto forma el caldo de cultivo para engañar a los jóvenes haciéndoles creer que las apuestas deportivas son una forma rápida, sencilla y divertida de hacer dinero. Por ello a estas empresas les beneficia apelar al subidón de adrenalina e inculcar la idea de que la lógica no tiene lugar en estos espacios, que es ocio, que tiene que ser emocionante y que solo es para pasar el rato, cuando la realidad es una Región con cada vez más jóvenes ludópatas que llegan a acumular grandes deudas económicas.
La UCAM, lejos de funcionar como un centro educativo que vela por sus alumnos, es una empresa que hace negocio por encima de la salud y estabilidad económica de las familias con uno de los grandes problemas que afronta la Región solo para patrocinar a sus propios equipos deportivos. Este tipo de centros “educativos” constituyen un ataque directo a nuestros derechos como jóvenes de clase trabajadora, así como un retroceso a la lucha por conseguir una educación pública, al alcance de todos, laica y de calidad, que vele por los intereses de las estudiantes y no bajo los intereses de las élites. Además, las universidades privadas se benefician del desmantelamiento de la universidad pública ya que la falta de recursos de las mismas convierte en potenciales “clientes” a aquellos estudiantes que se quedan sin plaza en las universidades públicas. La desmantelación de la educación pública es un nicho de mercado para el sector privado por lo que la mera existencia de este último es contradictoria con la educación pública y un ataque directo hacia la misma.
Desde la Juventud Comunista de la Región de Murcia exigimos que se regulen las casas de apuestas y las apuestas deportivas, que se prohíba su publicidad y reivindicamos modelos de ocio alternativos y sanos para la juventud, así como la defensa de la educación como un derecho el cual solo se puede asegurar mediante una universidad pública, laica y de calidad.