Desde la Juventud Comunista, hacemos un llamamiento a toda la juventud obrera que todavía queda en las aulas universitarias a organizarse para plantar cara la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), recientemente presentada. Esta Ley, que no es más que una vuelta de tuerca a las medidas aprobadas previamente a través del Plan Bolonia y las directrices de la Unión Europea, representa un ataque frontal a las estudiantes de extracción obrera por poner la última piedra para su expulsión de la Universidad, a la par que esta termina de ser completamente absorbida por el capital.
No obstante, el proyecto presenta aspectos novedosos completamente perjudiciales para nuestros intereses: el aumento del margen para la fagotización de la Universidad por parte del capital. Los Consejos Sociales, órganos de representación de las empresas presentes en cada universidad, ganan todavía mucho más peso en la dirección de la Universidad bajo la falsa premisa de “conectar la enseñanza superior y la investigación con la sociedad”, pues no es la sociedad en su conjunto con quién se conecta si no con los grandes capitales. Esto mismo es lo que se esconde tras la “Mención Dual”, equivalente al aumento de prácticas no laboralizadas en los planes de estudio y, en consecuencia, del margen de las empresas para acudir a las estudiantes como mano de obra barata o, directamente, esclava. Por lo tanto, podemos decir que asistimos a la magnificación de la privatización de servicios en los centros y de la intromisión de los intereses capitalistas en el ámbito educativo e investigadores.
La financiación de cualquier entidad pública por parte de empresas privadas hace que sean los intereses de estas últimas las que marquen el rumbo a seguir pues “quien paga manda”. Es por ello que el capital tiene grandes intereses detrás de este tipo de inversiones ya que consiguen poner a sus servicios toda la capacidad productiva pública, consiguen poner al servicio de su beneficio todo el aparato productivo universitario prácticamente a coste cero.
Mediante la aplicación de estas leyes, las universidades españolas cada día se muestran más como lo que son: instituciones en las que formar a futura mano de obra capaz de mejorar los procesos productivos para ampliar el margen de beneficio capitalista así como producir y reproducir ideología burguesa. La universidad, como cualquier otra pata de la superestructura, está inserta dentro de las lógicas de producción capitalista y por tanto sirve a unos intereses determinados que en ningún momento pasan por intentar mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora si no con el incremento de su propio beneficio. La idea de la Universidad como una institución creada por y para el desarrollo del conocimiento humano está cada día más alejada de la realidad: nunca ha sido su función y nunca lo será en el capitalismo.
Es por todo ello que, desde la Juventud Comunista, apuntamos al Socialismo como único marco en el que se puede hacer efectivo un modelo de Universidad en el que el desarrollo académico de la estudiante no esté determinado por la desigualdad de clase, la división clasista del trabajo y unos intereses productivos basados en la enajenación del trabajo ajeno y la constante desvalorización y destrucción de las fuerzas productivas. Precisamente, la organización colectiva y planificada de la producción es indispensable para que la conexión de la educación con las lógicas productivas no sitúe como eje rector la explotación, sino que este sea el libre desarrollo de una clase obrera emancipada y soberana.
¡La juventud obrera organizada hacia una Universidad Popular!