Esta mañana conocíamos la fatal noticia del fallecimiento de dos trabajadores en las obras de construcción del edificio Torres de Zaragoza, tras precipitarse el andamio en el que trabajaban desde un 7º piso.
Son las primeras víctimas mortales por accidente de trabajo en nuestra Comunidad en el año 2021. Aún no olvidamos las 702 personas que fallecieron el pasado año por accidentes laborales en todo el territorio español. Estos accidentes se siguen produciendo debido a la falta de eficacia de los equipos de protección colectiva y el total desuso de equipos de protección individual (EPI’s) que deben protegernos la vida. Cabría preguntarse qué los sigue provocando, si se trata de una insuficiencia en criterios técnicos o en la propia exigencia en el cumplimiento de las obligaciones legales por quien continúa anteponiendo el lucro a la vida de las personas.
Queda claro que para ellos la vida de las personas no vale nada, quien hace trabajar a 7 pisos de altura con el viento que azota estos días en Zaragoza, evidencia enormemente su indiferencia ante la seguridad de sus trabajadores y trabajadoras. La muerte de un o una trabajadora les sale demasiado barata en comparación con el dinero que ganan, billetes tintados de sangre trabajadora.
¿Cuántas muertes más hacen falta para que se implante un sistema de inspecciones efectivo para asegurar el escrupuloso cumplimiento de los planes de seguridad y salud? ¿Cuántas personas más han de perder la vida para que se refuerce la Ley de Prevención de Riesgos Laborales?
¿Cuántas trabajadoras perecerán a merced de trabajar para capitalismo sin escrúpulos que no es compatible con una vida digna?
No debemos quedarnos en el lamento, no hay causa sin efecto, hoy fueron a ganarse el pan y se dejaron la vida. Es por ello que sólo nos queda luchar, luchar porque nadie deba trabajar a 40 metros en determinadas condiciones climatológicas. Es hora de pasar a la ofensiva y demostrarles que no descansaremos hasta derrotar su modelo, un modelo incompatible con una vida digna. Un modelo que evidencia que son muertes evitables y, por tanto, que todo el peso de la Ley debería caer sobre los culpables de éstas y tantas otras muertes evitables.
Desde la Juventud Comunista y el Partido Comunista de España, queremos trasladar nuestro más sentido pésame a la familia.
Que la tierra les sea leve
Ni una muerte más en nuestros puestos de trabajo