Los hospitales vuelven a colapsarse, una vez más en época de repunte de gripe. Las alarmas han saltado en diversos hospitales de Madrid cuyas urgencias se encuentran completamente colapsadas, evidenciándolo las fotos de pasillos repletos de camillas y sillas con pacientes graves en espera de una cama.
El deterioro intencionado de nuestra sanidad se ha ido produciendo en los últimos años de manera paulatina, y de manera exponencial desde la llegada al poder del PP artífice de recortes en sanidad, desembocando en un sinfín de problemas, entre ellos el ya habitual y repetido colapso de urgencias.
Desde la aprobación del R.D 16/2012 impuesto a base de decretazo por la ex ministra de sanidad Ana Mato queriéndonos vender la necesidad de racionalizar los gastos derivados del sistema sanitario para así lograr su sostenibilidad (o una mayor rentabilidad a la hora de ser privatizados), siendo la realidad que se presenta bien distinta, desde su implantación sólo 1 de cada 10 bajas se repone, alrededor de unas 50.000 trabajadoras y trabajadores han perdido su empleo con la consiguiente reducción de la plantilla en alrededor de un 19% lo que conlleva al cierre forzado de plantas por falta de personal para su atención.
Por todo ello, desde hace años, las y los trabajadores de la sanidad pública nos vemos obligados a desempeñar nuestra labor en condiciones de precariedad y eventualidad, lo que ocasiona un detrimento en la calidad de la atención prestada. La Comunidad de Madrid dispone de alrededor de 85.000 médicas, enfermeras y técnicas para atender a un total de 6.5 millones de habitantes, número que se vislumbra como insuficiente para atender las necesidades de dicha población, lo cual tiene un reflejo en los aumentos de tiempos de espera (en algunos casos pueden superar las 12h) y en los ratios de atención (pacientes críticos: 9 pacientes para una sola enfermera).
A pesar de todo lo presentado anteriormente la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid niega el colapso y la situación del personal sanitario alegando que se trata de una crisis estacional no atribuida a los recortes de personal, de recursos y la constante intención de privatización de los servicios.
Desde la UJCE exigimos la depuración inmediata de responsabilidades entre todos los políticos y gestores sanitarios. Reiteramos nuestra denuncia de que lo ocurrido es consecuencia del desmantelamiento y privatización de la sanidad, que todavía sigue en proceso, con las consecuencias obvias sobre la calidad de la atención que se ofrece a los usuarios de la sanidad publica madrileña.
Igualmente hacemos un llamamiento a la movilización en contra de la mercantilización de la sanidad. La salud es un derecho y su universalización una de las conquistas populares a la que no estamos dispuestos a renunciar bajo ningún concepto.
¡Por un personal sanitario con dignas condiciones laborales!
¡Por una sanidad pública, gratuita y de calidad!