Este año celebramos el 85 aniversario de la proclamación de la II República, un periodo recordado por los avances en derechos para las clases populares, la construcción de miles de escuelas, el derecho a voto de la mujer o la extensión del acceso a la cultura. El golpe de Estado fascista impidió continuar con todas las tareas democráticas que quedaban pendientes, entre ellas el modelo territorial, así como una mejora sustancial de las condiciones de vida de la clase obrera y el campesinado.
Pero desde la UJCE no queremos que este aniversario sirva para mirar con nostalgia al pasado, si no para poner en valor la necesidad de construir la Tercera República, que responda a las necesidades que tenemos hoy día la clase trabajadora y los sectores populares, que bajo una forma federal y respetando el derecho de autodeterminación de los pueblos, resuelva la cuestión territorial.
Porque luchar por la república no es sólo poder elegir de una forma democrática el jede del Estado, es luchar contra el régimen actual que nos niega cualquier tipo de futuro a la juventud, es luchar por una sociedad que garantice una educación pública y de calidad, una sanidad para todas y todos con medios suficientes,una república feminista que garantice la igualdad del hombre y la mujer, que reconozca los diferentes pueblos del Estado y sus culturas, donde el derecho al acceso a una vivienda sea un hecho y no una quimera y que especialmente tenga como protagonista a la clase trabajadora.
Además, luchar por la República es combatir la corrupción. No solo porque la monarquía, antes con Juan Carlos I y ahora con Felipe VI haya servido como garante de los beneficios de las principales empresas españolas (en muchos casos, en países con nulas garantías democráticas como Arabia Saudí y Marruecos) si no que recientemente nos encontramos con Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón implicados en el ‘caso Nóos‘, a Felipe y Letizia arropando a empresarios de la trama de las tarjetas black y a Pilar de Borbón incluída en los papeles de Panmá, lo que hace que no podamos hablar de casos aislados si no de una empresa criminal corrupta que se beneficia del régimen y lo alimenta.
Por eso, este año es más necesario que nunca salir a la calle a reivindicar la 3º República. Especialmente los y las jóvenes nos debemos involucrar en este proceso. No nos jugamos un modelo de estado, sino que nos jugamos poder tener una vida digna donde poder estudiar, tener un trabajo digno, o sencillamente no emigrar… nos jugamos el futuro.