Vía Campesina: 15 años de lucha por el reconocimiento del campesinado
Desde la UJCE saludamos, apoyamos y nos solidarizamos con la lucha por el reconocimiento de los derechos del campesinado dentro del sistema internacional de derechos humanos, que desde la Vía Campesina (organización agraria a nivel Internacional que engloba a mas de 140 organizaciones) y otros movimientos sociales rurales llevan librando desde hace 15 años.
Actualmente aproximadamente el 80% de la población mundial que sufre de hambre en el mundo vive en zonas rurales, entorno al 50% de éstas personas se dedican a la agricultura campesina y el 20% son familias sin tierra que sobreviven en arriendo o como trabajadores y trabajadoras rurales mal remunerados/as. Aproximadamente el 70% de estas personas son mujeres que trabajan principalmente en la agricultura . Las principales causas ligadas a esta latente discriminación y vulnerabilidad, están en relación con los intereses monopolistas de las principales empresas alimentarias y mineras del mundo, que para mantener sus beneficios y privilegios, con la connivencia de muchos estados, no dudan en expulsar a los/las agricultoras de sus tierras, pagar jornales insuficientes para el mantenimiento de las familias, extorsionar a las/los agricultores y recurrir a cualquier táctica para someter e implantar el miedo entre las/los campesinos, como lo demuestran los continuos asesinatos que sicarios a sueldo de las grandes multinacionales cometen contra los/las campesinas/os y pueblos indígenas en lucha, como los recientes asesinatos de las activistas Berta Cáceres y Lesbia Yaneth en Honduras.
Desde la UJCE apoyamos esta lucha, que, a través de la Vía Campesina se lleva librando más de una década tratando de presionar a la ONU y otras organizaciones mundiales para la creación y cumplimiento por parte de los estados, de unas leyes internacionales, que garanticen entre otras cosas el derecho a una vida digna de los/las campesinas y pueblos indígenas de todo el mundo, la soberanía alimentaria de los pueblos, los derechos de las mujeres rurales incluyendo una perspectiva de género que incluya la obligación de los estados de acabar de «facto» con la discriminación, y con el fin de evitar la feminización de la inseguridad y de la pobreza femenina en el medio rural, que se garantice el derecho a la tierra, el reconocimiento de la función social de la tierra mediante Reformas Agrarias, siendo obligación de los estados dar prioridad a las necesidades de los/las agriculturas y no de las grandes multinacionales…
Aunque nos pueda parecer una realidad muy alejada a la nuestra, nada más lejos de la realidad, ejemplos como los intentos de apertura de minas de oro en Asturias o Galiza por parte de la multinacional Egdewater con el beneplácito de los gobiernos regionales en contra de los intereses de las más de 2000 familias que ocupaban esos terrenos en la agricultura y ganadería son claros ejemplos de los ataques que la clase campesina sufre en todos los lugares del mundo y como los gobiernos hacen prevalecer los intereses de las multinacionales.