La juventud murciana nos enfrentamos a unas nuevas elecciones a la Asamblea Regional. Nuestra situación empeora por momentos, con altas tasas de desempleo, o trabajos mal pagados y temporales, dificultades para costear nuestros estudios, sin acceso a una vivienda, la amenaza constante de la emigración…
Tras años y años de ser gobernados por «los de siempre», por un bipartidismo caciquil y reaccionario, se nos plantea la posibilidad de poner fin a su nefasta gestión. El PPSOE, porque para nosotras son distinta cara de la misma moneda, puede ser desbancado del gobierno regional. O tal vez no…
Se llenan la boca con la palabra ‘democracia’ cuando llegan las elecciones. Pero ya sabemos que democracia no es sólo votar a nuestro correspondiente representante cada 4 años. Aun así, en la Región de Murcia ni siquiera ese acto, el de meter el sobre en la urna, se puede tildar de democrático.
¿Sabías qué nuestra Comunidad Autónoma tiene la ley electoral más injusta de todo el Estado?
Tanto el PSOE (que aprobó dicha Ley en 1987), como el PP (que la ha mantenido sin cambios después), blindaron su continuación en el poder a través de esta normativa electoral antidemocrática. Esta Ley distorsiona las orientaciones de la mayoría de los votantes, impidiendo una composición de la Asamblea Regional que represente proporcionalmente el total de votos emitidos, favoreciendo al bipartidismo y a aquellos que lo representan.
Para ello, se vale de instrumentos legales que juegan el papel de verdaderos obstáculos electorales. Son los siguientes: (1) Impone un umbral mínimo del 5% de los votos válidos regionales para poder alcanzar representación; (2) fija para la Asamblea Regional un número total de escaños –45– muy reducido; (3) además divide el marco territorial provincial en 5 circunscripciones, teniendo en cuenta que cuanto más circunscripciones haya menos proporcional será el reparto de los votos; (4) y por último utiliza el sistema D’Hondt para la conversión de votos en escaños, que favorece a los partidos que obtengan más voto en detrimento de otros sistemas de reparto más proporcionales.
La suma de estos cuatro elementos supone una perversión tremenda de la voluntad del pueblo a la hora de votar. La barrera del 5% de los votos a nivel regional -y no por circunscripción- perjudica a aquellas opciones electorales que se asienten en un ámbito local o comarcal. Y la división del territorio en pequeñas circunscripciones perjudica a las opciones electorales con ámbito regional pero minoritarias. Sólo en nuestra Región y Asturias –con 3– existen circunscripciones más pequeñas que la provincia.
En definitiva, sobrerrepresenta a los partidos mayoritarios e infrarrepresenta a los minoritarios. En las últimas elecciones autonómicas, al PP le costó de media cada escaño unos 11.600 votos y al PSOE unos 14.000, ¡¡mientras que a IU el escaño le costó unos 51.000 votos!! Y UPyD, que logró en total unos 30.000 votos, no llegó a superar la barrera del 5% a nivel regional y por tanto no obtuvo ninguna representación.
Es una evidencia que la ley electoral beneficia a los grandes partidos, a los representantes de la oligarquía económica murciana, ayudándoles a mantenerse en el gobierno de lo público quiera o no la mayoría social. Temerosos de que nuevas formaciones políticas transformadoras les arrebaten sus privilegios, durante décadas se han negado a reformar estas normas injustas que cercenan las posibilidades de que las opciones políticas de las murcianas y murcianos se vean realmente representadas en las instituciones.
Desde la Juventud Comunista volvemos a denunciar una vez más la injusta ley electoral y el déficit democrático que vive nuestra Región. Tenemos claro que, con tantas trabas legales, la fuerza del cambio está en el pueblo organizado, y unido en la lucha por nuestros derechos y la conquista por una verdadera democracia.
ANTE UNA LEY ELECTORAL INJUSTA,
CONSTRUYAMOS JUNTAS LA DEMOCRACIA.