Que la crisis económica la estamos pagando las y los trabajadores es una evidencia. Con la excusa de que “vivimos por encima de nuestras posibilidades”, el bipartidismo ha emprendido el desmantelamiento de los servicios públicos, a los que recorta presupuestos y en último término privatiza.
Este proceso de privación de derechos sociales como es el derecho a una sanidad pública, universal, digna y de calidad, lo estamos sufriendo muy de lleno las murcianas. Desde hace años los gobiernos regionales y locales han emprendido la privatización de nuestros hospitales, siendo un ejemplo paradigmático el hospital del Rosell en Cartagena. Sobre este centro sanitario, estandarte y patrimonio común de las cartageneras, el PP ha planeado su desmantelamiento pese a prestar un servicio encomiable.
El caso del Rosell, por desgracia, no es único en nuestra Comunidad Autónoma. Desde hace meses sindicatos y plataformas ciudadanas denuncian la pérdida de calidad en la sanidad pública murciana como consecuencia de las nefastas políticas aplicadas por la derecha reaccionaria y caciquil que nos gobierna. También los hospitales Rafael Méndez de Lorca y Virgen de La Arrixaca en Murcia están soportando el desmantelamiento de este servicio público.
La respuesta que la ciudadanía debe dar no es otra que la de organizarse para la defensa de un derecho básico como es el derecho a una sanidad pública, universal, digna y de calidad. Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) en la Región de Murcia llamamos a la movilización por la defensa del sistema sanitario público y por ello estuvimos presentes en la convocatoria de ayer en Cartagena por el mantenimiento del hospital del Rosell con todas sus competencias y servicios.