De un tiempo a esta parte hemos ido visualizando un aumento gradual de la preocupación climática y ecológica por parte de la población, en concreto sectores jóvenes, ante el aluvión de noticias sobre desastres naturales y el avance de una crisis climática presente y que se va avivando de manera alarmante.
Mientras que los grandes conglomerados empresariales continúan siendo los principales agentes contaminantes, siguen luchando por el crecimiento desmedido de la producción, dando de lado la lógica de la finitud de los recursos disponibles.
Justo son los gobiernos de los estados capitalistas los que, ante la amenaza de la grave crisis ecológica, dibujan un modelo ideal basado en un “capitalismo verde” como solución.
Argumentan que es posible el mantenimiento de un modelo productivo centrado en el expolio del medio y en la contaminación desmedida, tintándolo de sostenible a través de tímidas reformas y promesas que no tienen efectividad práctica, mientras amparan todo tipo de prácticas. Prueba de ello son los intereses económicos detrás de los incendios que han azotado el Amazonas o el centro de África recientemente.
Frente a ello, desde la Juventud Comunista ponemos el foco en la contradicción capital-medio:
En que no es posible ningún futuro sin un cambio productivo.
En que la propia lógica capitalista empuja al sistema a seguir devorando el medio para buscar el máximo beneficio de la clase privilegiada.
Solamente a través del Socialismo, con un cambio de sistema productivo es posible, el mantenimiento de un equilibrio ecológico entre las sociedades humanas y el medio en el que se desarrollan, frenando la crisis de vertidos, y procurando la suficiencia de recursos y su distribución equitativa.
¡No hay planeta sin cambio de sistema!