Publicado en el número 19 de Agitación
Nos decía Ernesto “Che” Guevara en su discurso sobre las tareas de la juventud que “la Unión de Jóvenes Comunistas tiene que definirse por una sola palabra: vanguardia”, y desde la UJCE como organización juvenil y revolucionaria aceptamos el reto de poner a la juventud a la vanguardia del momento histórico y político que estamos viviendo.
No es casualidad que seamos la juventud quienes más sufrimos las consecuencias de la crisis capitalista, quienes tenemos las tasas de desempleo más altas, quienes sufrimos con mayor virulencia unas precarias relaciones laborales cada vez más deterioradas, quienes con los recortes, recortan nuestra educación y la posibilidad de desarrollarnos formativa y profesionalmente, quienes en última instancia, nos vemos obligados a emigrar de nuestra tierra convirtiendo así nuestro problema, en lo que a
la postre es el problema del país.
La realidad es tozuda: alrededor de un 56% de paro crónico, que pretende ser solucionado con un Plan de Garantía Juvenil que consiste en subvenciones directas o reducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social de manera temporal y concreta gracias a los fondos de la UE, pero sin cambiar ni un ápice la estructura económica y productiva del país (con lo que, al acabarse los fondos, adiós al empleo creado).
Para quienes trabajan, una situación de precariedad abusiva y sin límites, con trabajos sin contratos, horas extras que superan la jornada laboral ordinaria y que, por supuesto, no se pagan (o si se hace, es como si fueran horas ordinarias y en negro), “flexibilidad horaria” que supone que te llamen el día de antes y para el horario que le
venga en gana a la empresa, y así un largo etcétera.
En el sistema educativo, la cosa no va mucho mejor, con recortes en el sistema educativo y una reforma, la LOMCE, que pretende masificar las aulas, segregar y elitizar. Por contra, más de 44.000 estudiantes han sido expulsados del sistema universitario, ylos recortes en becas son, año tras año, el certificado de impedimento de miles de hijos e hijas de trabajadoras para estudiar en la universidad.
Así, el exilio económico es la única salida para nosotros y nostras. Casi un millón de españoles han emigrado desde el inicio de la crisis. Pero no es una casualidad ni un fenómeno generacional… es la manifestación más evidente de la lucha de clases y de las contradicciones de clase que afectan especialmente a la juventud.
Decimos que no es casualidad porque afirmamos que el problema de la juventud es el problema del país, pues el problema de la juventud es uno de los principales problemas de la clase obrera y los sectores populares. El presente de la juventud es el presente también para gran parte de la clase obrera, pero sobretodo será el futuro de toda la clase obrera. Por ello, somos la juventud a la que al arrebatarle su proyecto de vida, han abierto la necesidad de que lo recupere construyendo su propio proyecto de país. Somos por tanto, la generación que debe tomar las riendas sobre su vida y su futuro para no perderlo nunca más.
Y si decíamos que el problema de la juventud era el problema del país, afirmamos igualmente que la solución de éste, vendrá de
la juventud, de los que no nos sentimos atados a viejos pactos y consensos que han ido perpetuando a las oligarquías de aquí y de la UE en el poder. Es momento pues de estar en primera fila, de ser oídos y de hacernos oír, de recordar aquello de que la “juventud siempre empuja” porque la “juventud siempre vence”.