Este sábado se manifiesta en Madrid el mundo rural, ese mundo invisible que se vacía lenta pero inexorablemente. La falta de oportunidades en el ámbito laboral o en el estudiantil empuja a la juventud a marcharse a la ciudad, abandonando las comunidades rurales. La falta de financiación pública para dotaciones de servicios básicos abandona a su suerte a estos pequeños pueblos, con una calidad de vida inferior a la de sus conciudadanos de las grandes ciudades, añadiendo además una ausencia prácticamente total de oferta cultural y de ocio que no pase por el consumo de alcohol y drogas. El progresivo detrimento de actividades ligadas a estas poblaciones, como la pesca o la minería o la mecanización de la agricultura, sin un plan de reconversión industrial que permita fijar población es causante de esta falta de futuro.
Desde las Juventudes Comunistas no nos resignamos a desaparición y vaciado de nuestros pueblos. Queremos que la juventud encuentre una vida digna en ellos, con oportunidades laborales, con servicios básicos públicos y de calidad, con una oferta de ocio asequible y variada, y con una red de transporte público que permita los desplazamientos sin que sea obligatorio tener un automóvil privado. Porque un país no son solamente sus mayores núcleos urbanos. Un país es el conjunto del territorio y su gente, y somos todos imprescindibles en la construcción de una República socialista que en aras de la solidaridad no deje a nadie atrás.
¡Por un mundo rural lleno de vida y de lucha!