En el año 1999, el pueblo de Venezuela dijo basta. Decidió poner fin a que su país, pese a ser inmensamente rico, excluyera a miles de trabajadores en todos los sentidos. El movimiento bolivariano, encabezado por el comandante Chávez y bajo el espíritu de la figura del Libertador Simón Bolivar echó a andar.
Con el protagonismo de las masas, la fiscalización de los beneficios del petróleo y la puesta en marcha de políticas públicas sociales, se conquistaron Avances en vivienda, sanidad y educación. La solidaridad internacional produjo un efecto contagio en la región y se iniciaron procesos similares en el continente.
Sin embargo, el imperialismo norteamericano nunca estará dispuesto a perder ni uno solo de sus privilegios en el expolio de los recursos, el dominio político y la explotación de los trabajadores. Por eso, cuando el imperialismo no puede dominar legalmente, recurre a todos los subterfugios posibles: sabotajes, desinformación y golpes de Estado.
Esta es la realidad actual de lo que se vive en Venezuela.
La unidad de los pueblos es fundamental para resistir y vencer. La lucha contra el imperialismo debe ser global. Por tanto, como Juventud Comunista, nos solidarizamos con la lucha del pueblo de Venezuela. Condenamos la agresión imperialista en forma de bloqueo, sabotaje y golpe de Estado.
Y señalamos a sus responsables, EEUU, y a sus cómplices, España y el conjunto de la Unión Europea.