Desde 1980 se ha derivado parte de las aguas de los embalses del río Tajo de Entrepeñas (Guadalajara) y Buendía (Cuenca) al río Segura. La aplicación de operación a día de hoy compromete los recursos de Castilla-La Mancha y pone de manifiesto la nefasta organización de los recursos hídricos en el estado español. Mientras en el levante se mantiene una agricultura de regadío que no se corresponde con los recursos hídricos de la zona, la cabecera del Tajo se sigue vaciando.
La continuidad de este modelo insostenible provoca una grave situación en los pueblos ribereños de nuestra región y compromete seriamente al propio río Tajo y su ecosistema. Por ello, desde la Juventud Comunista exigimos que se termine con el expolio del río Tajo y de nuestros recursos. Es necesario terminar con este modelo de gestión hídrica que pone contra las cuerdas a nuestra región provocando graves problemas medioambientales y socioeconómicos.