El plan de cierre de la minería de carbón aboca a ésta a su fin en el año 2018 en el Estado Español, provocando la desaparición de la principal actividad económica de las zonas mineras, en las que gran parte de la población vive directa o indirectamente de la misma y dejándolas sumidas a la marginalidad.
Este plan diseñado por los intereses de las oligarquías no significa que se deje de quemar carbón, sino que las centrales térmicas consumen carbón manchado de sangre, importado de países en los que se extrae bajo la falta de derechos laborales y condiciones de seguridad.
La Juventud Comunista exige la continuidad de la minería de carbón, apuesta por la nacionalización del sector, garantizando un futuro a las zonas minera, incentivando el consumo de carbón autóctono, a la vez que avanza en la reindustrialización y la construcción de un modelo energético menos dependiente de combustibles fósiles.
Así mismo, aprovechamos para trasladar nuestra solidaridad y apoyo a las trabajadoras de la mina de níquel de Aguablanca en Monesterio (Extremadura), que se encuentran en una situación de incertidumbre ante la amenaza de la multinacional canadiense dueña de la explotación lleve a cabo el cierre de la misma, excusándose en la bajada del precio de níquel y en la reforma laboral, dejando a 400 familias de las provincias de Badajoz y Huelva sin alternativa, por lo que exigimos que prevalezca la garantía de futuro de estas familias en cualquier escenario.