Si el régimen se resquebraja, luchemos hasta darle el golpe final
Tras la dimisión de la mitad de la comisión ejecutiva del PSOE el pasado miércoles, desde la Juventud Comunista (UJCE) queremos señalar una serie de cuestiones:
La dimisión de 17 miembros del Comité Ejecutivo del PSOE constata la deriva que había adquirido este partido en los últimos años, siendo una de las muestras más evidentes de la crisis de régimen.
El “Partido Socialista” ha jugado a lo largo de las últimas décadas la cara amable del régimen, siendo de este modo uno de sus mayores sostenes, perpetuando y legitimando tanto la corona como el resto de instituciones de las que se dotó el bloque dominante tras la Transición.
El mismo PSOE que siempre ha defendido los intereses de la oligarquía española: reformas laborales, entrada en la UE y OTAN, aumento edad de jubilación, privatizaciones, modficación del artículo 135 con el PP, terrorismo de Estado a través de los GAL y un largo etcétera, que no dejan duda del carácter de este partido, que todavía goza del apoyo de buena parte de la población trabajadora.
Asimismo no debemos caer en el error de analizar que estamos ante una pugna ideológica entre un sector más a la derecha, representado por Susana Díaz y Felipe González, y otro a la izquierda, liderado por Pedro Sánchez. No olvidemos que en las recientes elecciones de diciembre pactó un programa de gobierno con la derecha predilecta del Ibex 35, Ciudadanos, y que ambos sectores comparten un mismo proyecto político.
Lo que aquí sucede por lo tanto es la cristalización de la contradicciones que acuciaban al PSOE una vez estalla la crisis de régimen, es decir, la imposibilidad de conciliar su papel como partido de la élite económica, con una imagen diferenciada del Partido Popular que le permita alternarse en el gobierno cada cierto tiempo, y habiendo aprendido de la experiencia griega del PASOK, donde una nueva fuerza socialdemócrata ocupó el espacio dejado por el Partido Socialista griego.
Ante esta tesitura los y las jóvenes tenemos claro que debemos superar este sistema corrupto y caduco, liderado tanto por el PP como por el PSOE desde la Transición, que nos impide tener un proyecto de vida. Nosotras y nosotros, que no votamos la Constitución, queremos construir un país nuevo en el que tengamos un trabajo que nos permita vivir con dignidad, donde no tengamos que emigrar para buscarnos la vida y donde todas tengamos acceso a una educación gratuita y de calidad. Un país donde el feminicidio no sea una cotidianidad y la igualdad entre hombres y mujeres un hecho. Un país que respete la realidad plurinacional y defienda el derecho de autodeterminación. Un país libre de las ataduras de la Unión Europea y que fomente un mundo en paz, fuera de la OTAN. Por eso es el momento de que nos pongamos manos a la obra para construir ese nuevo país, con forma de República, y que nos encamine a la sociedad donde los intereses de quienes vivimos de nuestro trabajo estén por encima de la ansias de lucro de una minoría, el Socialismo.
Convirtamos la resignación en indignación, porque ahora más que nunca, con la movilización y el poder popular debemos romper con el régimen.
Es hora de que la juventud tome las riendas de su futuro.
¡Solo el pueblo salva al pueblo!