Después de tres años en los que sucesivas sentencias de la justicia burguesa había calificado lo sucedido como abuso sexual, sin violencia ni intimidación, hoy el Tribunal Supremo ha declarado el caso como violación.
Con este caso, la justicia española se ha evidenciado como una institución patriarcal: mientras que el movimiento feminista se ha movilizado en apoyo a la víctima y contra las sentencias que calificaban los hechos sin violencia, la justicia burguesa ha emitido hasta en dos ocasiones sentencias que rebajaban la pena a los violadores y los ha mantenido libres hasta ahora, siendo la víctima la que múltiples veces ha sido culpabilizada y criminalizada, con especial ayuda de los medios de comunicación amarillistas, que morbosamente se han hecho eco del caso para re-victimizar a la agredida.
Pese al avance que supone el reconocimiento de la violación, no debemos llevarnos a engaño pues la justicia sigue siendo una de las instituciones patriarcales que mayor violencia ejerce sobre las mujeres: no solo han tenido que pasar tres años para esta sentencia, sino que las mujeres que finalmente deciden denunciar se enfrentan a día de hoy a múltiples obstáculos para hacerlo, siendo juzgadas ellas durante todo el proceso.
Ha sido el movimiento feminista el que ha permitido denunciar cada agresión, violación y acoso sexual al que nos vemos sometidas las mujeres en todos los espacios, incluidos los de ocio y fiesta.
Desde el Partido Comunista de España y la Juventud Comunista celebramos el reconocimiento de la sentencia y la condena a los agresores, pero no nos llevamos a engaño: la justicia patriarcal lo sigue siendo aun con lo sucedido hoy. Debemos seguir trabajando para hacer que las calles sean un espacio seguro para todas las mujeres, el que podamos vivir sin sufrir violencia machista.
¡La calle y la noche también son nuestras!
¡No es abuso, es violación!
#YoSiTeCreo