Un único enemigo: un régimen con Eusko label

(Azpian euskaraz)

Durante décadas hemos asistido al fortalecimiento casi total del PNV en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa y a un impulso de Geroa Bai en Nafarroa. Esta situación se ha debido a diversos factores, los cuales han permitido que una parte de la ciudadanía vasca los haya visto como un partido de garantías y seguridad frente a elementos “externos”, que podían resolver.

Su ideología del emprendimiento, que viene auspiciada por los poderes económicos, ha permitido proyectar la posibilidad de que cualquier persona, independientemente a su clase social, pueda llegar a ser un gran empresario y amasar una gran fortuna. Frente a los problemas cotidianos que sufrimos la mayoría de jóvenes, como son paro, no poder independizarnos, pérdida de derechos o precarización constante, la solución pasa por emprender de manera individual una salida que en realidad debe ser colectiva.

El PNV ha sido uno de los mayores sostenes del Régimen del 78, siendo la bisagra ante cualquier tipo de dificultad que tuviera. Su facilidad para actuar de una forma camaleónica le ha permitido llegar a acuerdos de manera indistinta con el PSOE y el PP, siempre bajo el manto de hacerlo por el bien de Euskadi. Ha apoyado de manera incondicional a la OTAN o los tratados que desembocaron en la UE, pero en cambio no ha dudado en “sumarse” a ciertas consignas feministas (sin apenas dotar de contenido económico a las medidas de ese carácter en las instituciones) o ser un defensor en un inicio del movimiento de pensionistas de Euskal Herria (cuando el Gobierno Vasco tiene competencia para mejorar las pensiones y no lo ha hecho).

El PNV, para presentarse a las elecciones en Nafarroa, cuenta con la marca de Geroa Bai. Es un partido, en comparación con su hermano mayor, de muy reciente creación y que se puede contraponer fácilmente a la derecha “tradicional” de UPN. Sin embargo, al igual que el PNV, defiende los intereses de la burguesía en la CFN. Comparten, además, su política en favor de la especulación y contra los espacios de ocio autogestionados, sus políticas de capitalismo verde (mientras acometen obras como la del TAV), etc.

Ambos partidos, ante cualquier conflicto de clase que se ha dado, no ha dudado en ponerse del lado de la clase a la que representan, es decir, de los grandes empresarios; y basta con mirar el conflicto del metal en Bizkaia y la actitud chulesca del señor Urkullu frente a las y los trabajadores. En Nafarroa también tenemos el caso de la actitud represiva de Geroa Bai respecto a la huelga en la Huerta de Peralta. Su hegemonía, especialmente la del PNV, no viene dada de manera casual, sino que se basa en las distintas redes clientelares que ha promovido, el apoyo de los empresarios o el continuo blanqueamiento de ciertos medios de comunicación, entre ellos el papel escandaloso que está jugando EITB en los últimos años.

Este hecho se ha puesto de relieve una vez más durante la crisis del COVID19, cuando al decretarse el confinamiento y la reducción de la producción a los “servicios esenciales” tanto PNV como Geroa Bai pusieron los intereses de la patronal, que pretendía seguir produciendo para no disminuir su tasa de ganancia, por encima de la seguridad de las trabadoras de la CAV y Nafarroa.

El PNV y Geroa Bai trasladan una imagen de moderación, sensatez y tranquilidad, siempre actuando en beneficio de la ciudadanía de Euskal Herria. A esto se le suma el mito sobre su “buena gestión”, que hemos visto una y otra vez romperse durante desde que se decretó el Estado de Alarma. Por una parte, ante lo ocurrido en Zaldibar, planta subcontratada a la empresa VerterRecycle en la que no se realizaron los controles de seguridad que correspondían, así como en los recortes vislumbrados en los servicios público durante el confinamiento. Lo hemos visto sobre todo en el caso de la Sanidad Pública, en el que las trabajadoras no han dispuesto de las medidas de seguridad adecuadas y han tenido que soportar, entre otras, endurecimientos de jornada, pero también en el caso de las trabajadoras de las residencias, servicios de limpieza, etc.

Sus posiciones ante las reformas laborales, las medidas fiscales, ecologistas o feministas,  delatan que no es cierto que actúen en beneficio del pueblo de Euskal Herria, sino que se mueven en beneficio de los empresarios.

Desde Gazte Komunistak queremos denunciar las políticas del PNV y Geroa Bai, que no dan solución a los problemas y necesidades laborales o sociales que tenemos la mayoría trabajadora de Euskal Herria. Porque la “nueva normalidad” que intentarán imponer será aquella que dicten la burguesía y los intereses empresariales, queremos hacer un llamamiento a la organización, a no dejarse llevar por la resignación y luchar por construir la alternativa.

Porque tenemos mil razones para luchar, y detrás de ellos, detrás de los problemas que nos afectan a las jóvenes trabajadoras de Euskal Herria, hay un único responsable, un único enemigo: ¡UN RÉGIMEN CON EUSKO LABEL!

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