Verano = + precariedad. ¡Que no te exploten!
Es agosto, pleno verano, y ya se ha hecho notar, como es habitual en estos meses, el discurso de la recuperación económica al amparo de los datos que nos hablan de reducción del paro y una subida en la contratación. Y sin embargo, nosotras las y los jóvenes sabemos que es a costa de una mayor precariedad en nuestros puestos de trabajo.
Una muestra de la enorme precariedad de nuestros empleos en verano es la temporalidad, que ya es una marca permanente para la juventud en los últimos años. La economía del Estado español es cada vez más dependiente del sector servicios y, en concreto, de sectores como el turismo y la hostelería, mientras se destruyen progresivamente los sectores productivos. Una consecuencia de la dependencia de estos sectores tan fluctuantes es que nuestros empleos también lo son, abocándonos a una inestabilidad absoluta y dependencia de los mismos para poder cotizar al menos unos cuantos días o semanas al año, para resignarnos después y volver a la búsqueda de otro empleo tras los meses estivales. Y es que durante el mes de junio, tan sólo un 7,7% de los nuevos contratos eran indefinidos. En julio, un 7,6%. Además, tanto en los contratos indefinidos, como sobre todo en los temporales, aumentan los contratos a tiempo parcial, otro rasgo más de la precariedad.
A ello hay que sumarle los bajísimos salarios que recibimos, muchos de ellos resultado de la externalización y la privatización de servicios, y una mayor desprotección frente a la empresa tras el impacto de las últimas reformas laborales. Como consecuencia de las mismas, muchas jóvenes trabajamos y nos introducimos en el mercado laboral durante estos meses sin la protección de un convenio colectivo que garantice un mínimo nuestros derechos laborales o nos proteja en caso de abuso.
Los abusos de la patronal se dejan notar también en nuestras condiciones en el centro de trabajo y durante nuestras jornadas. Ya seamos camareras de piso, con mucha más carga de trabajo, peor pagadas y sometidas a un estrés constante, bomberos forestales o socorristas con escasos medios ante situaciones de enorme responsabilidad y peligrosidad, o trabajemos en una campaña agrícola sin contrato o bajo el incumplimiento sistemático del mismo, comprobamos que en muchos casos los empleos estacionales van unidos también a un mayor riesgo de sufrir accidentes laborales. Esto se vuelve extremo en sectores como el de la extinción de incendios, en el que ha fallecido un trabajador hace escasos días.
Pero frente a nuestra precariedad está nuestra lucha. Frente a la idea de que los y las jóvenes nos conformamos con nuestras condiciones, debemos demostrar nuestra capacidad de reivindicar nuestros derechos, conquistarlos y defenderlos. Volver a organizarnos es vital. Salir a la calle a conquistar nuestros derechos, el único camino que nos queda.
Desde la Unión de Juventudes Comunistas de España, nuestra apuesta es clara: la organización desde cada centro de trabajo, con nuestras compañeras de trabajo o de sector, es clave para comenzar a reavivar la lucha contra la precariedad y los abusos de la patronal. Tumbar las últimas reformas laborales se convierte en una necesidad para la juventud, más aun en estos meses de verano. No nos resignaremos a lo que se ha dejado para los y las jóvenes: el paro, la precariedad o la emigración.
En verano, más precariedad se convierte también en más necesidad de organización, de lucha sindical y de juventud rebelde en nuestros centros de trabajo.
¡Que no te exploten!
Organízate. Sindícate. Exige tus derechos.