Han pasado 10 años desde el inicio de la crisis y aunque la “economía” crece y los beneficios empresariales se han recuperado la realidad de las familias trabajadoras no ha hecho más que empeorar.
Han pasado 40 desde la aprobación de una Constitución que supuso el fin de la dictadura, pero que no removió las estructuras de poder de nuestro país donde unas pocas familias siguen controlando todo.
En la Constitución nos dicen que tenemos derecho al trabajo pero uno de cada tres jóvenes está en paro. También nos dicen que tenemos derecho a una vivienda digna y cuatro de cada cinco menores de 30 años no se ha podido emancipar por culpa del precio de unos alquileres que no dejan de subir. Dicen que quien se esfuerza puede lograr llegar a donde quiera, pero menos del 10% de las universitarias es hija de trabajadoras no cualificadas. Dicen que están a favor de la igualdad, pero sabemos que a día de hoy la precariedad y la pobreza siguen teniendo rostro de mujer.
Todas estas cuestiones que afectan a nuestro día a día no son casuales sino que se deben a que quienes nos gobiernan lo hacen en beneficio de una minoría, la misma que se ha estado lucrando durante estos años mientras empeoraban las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Desde la Juventud Comunista estamos convencidas de que las cosas se pueden cambiar. Por eso creemos que los y las jóvenes debemos organizarnos en nuestros centros de trabajo, pese a que la precariedad no lo ponga fácil, en los sindicatos, en las asociaciones de estudiantes, involucrarnos en la vida de nuestro barrio y nunca resignarnos. Ahí está nuestra verdadera fuerza y el motor del cambio.
Buena parte de nuestras vidas depende de lo que se apruebe en el Parlamento. Por eso es tan importante que la clase trabajadora contemos con diputados y diputadas que vayan a defender nuestros intereses, porque el resto (desde el PSOE hasta VOX) aunque se tapen con la rojigualda o en campaña nos prometan mejoras, a la hora de la verdad siempre acaban gobernando para los mismos poderosos.
Es hora de que las cosas cambien. De construir un país por y para nuestra clase, la mayoría de la sociedad, quienes dependemos de un trabajo para vivir. Por eso te pedimos que el 28 de abril votes a Unidas Podemos-Izquierda Unida-Equo y que te organices para luchar por tus derechos y los de todas, cada día.